Il privilegio del bianco. Ese es el nombre, en italiano, del privilegio concedido a sólo siete mujeres en el mundo, que los otorga la libertad de vestir de blanco frente al máximo líder de la Iglesia Católica.
Es una antigua costumbre del protocolo vaticano, efectuado en ceremonias especiales, audiencias, canonizaciones (declaración de santo a una persona fallecida) y misas de beatificación (honrar virtudes de un muerto, previo a santificación).
Este rígido documento, sugiere a las princesas, primeras damas o presidentas que no son católicas, a vestir de negro, cubrir los hombros, y llevar un velo sobre la cabeza.
De hecho, tanto así que cualquier persona que quiera entrar a los museos del Vaticano, no lo puede hacer ni con short ni trajes sin mangas, según consigna la web de los museos romanos.
Así fue como en mayo pasado, fuimos testigos de la visita del presidente estadounidense, Donald Trump, junto a su esposa Melania, a las dependencias de Jorge Mario Bergoglio.
En la instancia pudimos ver al primer mandatario vestido de traje formal y a la primera dama con vestimenta completamente negra, llevando un velo sobre su cabello.
Contrario a todo, el protocolo establece que sólo las soberanas que han contraído matrimonio a través de la iglesia, pueden ostentar trajes blancos frente al obispo de Roma.
De esta forma, personajes emblemáticos como la reina Letizia de España, la princesa Charlène de Mónaco, la reina Matilde de Bélgica, la princesa Marina de Nápoles, la reina emérita Sofía de España, la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo y la reina emérita Paola de Bélgica, son las únicas “dignas” de usar el privilegio.
1. Reina Letizia, de España.
2. María Teresa, Gran Duquesa de Luxemburgo.
3. Reina Matilde de Bélgica.
4. Princesa Charlène de Mónaco.
5. Reina Sofía de España.
6. Reina emérita Paola de Bélgica.
7. Princesa Marina de Nápoles.