Una gran sorpresa se llevaron varios clientes de la marca de ropa Zara en Turquía, quienes encontraron una sentida petición de ayuda en las etiquetas de sus prendas.

“Yo hice esta prenda que vas a comprar pero ¡no me pagaron por ella!”, decía el mensaje que iba escondido en bolsillos de chaquetas, pantalones y blusas.

La medida fue tomada por trabajadores de la fabrica Bravo Tekstil, quienes aseguran que se les adeuda tres meses de sueldo y las indeminizaciones correspondientes tras el repentino cierre de la empresa en julio del 2016.

Desde entonces, no tuvieron más contacto con el dueño de la compañía que también fabricaba ropa para marcas como Mango y Next.

@ccturkey | Redes sociales
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Según consigna el diario inglés The Telegraph, la complicada situación salió a la luz cuando Clean Clothes, un grupo activista que busca mejorar las condiciones de trabajo en empresas manufacturera de ropa, se unió a los 140 empleados para exigir sus derechos.

Juntos idearon la estrategia y recorrieron todas las tiendas de Estambul para poner las etiquetas en la ropa que estaba a la venta.

El grupo asegura que se lanzaron en especial contra Zara, pues el 75% del trabajo que se realizaba en la fabrica iba para esa marca.

La noticia provocó indignación en todo el mundo. De hecho, más de 293 mil personas han firmando una petición de Change.org dirigida a Inditex, la empresa matriz de Zara, exigiendo que paguen los salarios.

En respuesta, Inditex, junto con Mango y Next, aseguraron que pagaron todo a Bravo Tekstil, y que fue ésta quienes no saldó los sueldos. Sin embargo, afirmaron que crearon un fondo para ayudar a trabajadores vulnerables, el cual sería supervisado por el sindicato global de trabajadores de la confección, IndustriALL.

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“Inditex ha pagado todas sus obligaciones contractuales a Bravo Tekstil, pero el propietario de la fábrica ha desaparecido de manera fraudulenta”, aseguró un portavoz de la compañía al diario inglés.

“Inditex ha desarrollado una propuesta con IndustriALL Global Union (Federación Internacional de Sindicatos, que representa a más de 50 millones de trabajadores en todo el mundo), junto con las marcas Mango y Next para establecer un fondo para los trabajadores afectados“, agregó.

“Este fondo cubriría los salarios no pagados, la indemnización por notificación, las vacaciones no utilizadas y los pagos por despido de los trabajadores que estaban empleados en el momento del cierre repentino de su fábrica en julio de 2016”, explicaron.

Sin embargo, los empleados de Bravo Tekstil afirman que dicho fondo no es suficiente para cubrir los costos y que además no se le entregaría a todos los afectados, por lo que pretenden seguir con su campaña hasta encontrar una solución.