Una de las preocupaciones más grandes en las comunidades del mundo es la delincuencia y Chile no es la excepción.
La última encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos) reveló que el tema más importante para los chilenos era la delincuencia con un 52% de las preferencias.
Aunque algunos argumentan que esta preocupación es más miedo que otra cosa (Chile es un país bajo en denuncias y crimen según estadísticas) y que son los medios de comunicación responsables de esto, lo cierto es que el Estado y los privados están buscando constantemente nuevas formas de combatir este negativo aspecto de la sociedad.
Por lo mismo, resulta sorprendente, y posiblemente muy beneficioso, el descubrimiento que varios estudios han revelado: la iluminación LED en las calles de una ciudad puede llegar a reducir el crimen en casi un 50%.
¿Una posible solución a la delincuencia?
Dos casos, uno en Inglaterra y otro en México, apoyan esta hipótesis. En ambos lugares el alumbrado público de un sector específico fue mejorado, al cambiar las antiguas luces por unas blancas LED que otorgan mucha más, y mejor, iluminación.
La explicación detrás de este fenómeno se encuentra en que las luces tradicionales, amarillas, no logran iluminar bien a las personas ni los rostros durante la noche. En cambio, las luces blancas son más potentes e imitan mejor la luz del día, por lo que alumbran con claridad a las personas durante la noche.
Es justamente esto último lo que produce mayor seguridad en la comunidad y un declive en los casos de delincuencia donde se aplica.
La ex alcaldesa de Aguascalientes, Lorena Martínez, comenta a continuación cómo realizó este proyecto durante su periodo:
El principal problema, como deja entrever Martínez, es el costo de este tipo de iniciativa. Cambiar el alumbrado público de una comuna puede ser muy caro y el gasto anual en energía aumenta en consecuencia. Sobre todo si se trata de luces blancas; las que más aluminan y que mejor resultado entregan.
Esto resulta importante si se considera que, en promedio, el gasto de electricidad por alumbrado público puede llegar a representar el 40% de un presupuesto municipal.
Pero esto cambia si se utilizan luces LED. Si bien su costo inicial puede ser más alto, los beneficios a mediano y largo plazo valen la pena: menor gasto energético, menor daño al medio ambiente y menores costos de mantención.
Por lo demás, contribuye a la reducción de la delincuencia como explicábamos anteriormente. Eso sí, como informa el diario online EL País, “los programas LED de alumbrado público tienen un periodo de recuperación (económico) promedio de 5 a 7 años”. Un dato que irá cambiando conforme a los precios de las luces País y los costos de electricidad.
