El dueño de la mayor colección de objetos de “Star Wars” dijo este lunes que un viejo amigo le había robado más de 100 artículos, incluidas unas raras figuras de acción.

Steve Sansweet, propietario del Rancho Obi-Wan, un museo sin fines de lucro ubicado en el norte de San Francisco, dijo que el robo se llevó a cabo a lo largo de varios meses entre finales de 2015 y 2016.

“Están perdidos entre 120 y 130 objetos con un valor de unos 200.000 dólares”, dijo Sansweet a la agencia informativa AFP, la mayoría muñecos de acción estadounidenses y extranjeros, y algunas piezas raras.

Sansweet, un experiodista del diario The Wall Street Journal que trabajó 15 años como jefe de relaciones con los fanáticos en Lucasfilm antes de retirarse en 2011, identificó al sospechoso como Carl Cunningham, otro conocido coleccionista y constructor de R2-D2 en Marietta, Georgia.

“Lo conozco desde hace 20 años. Recibió nuestra hospitalidad, se quedó aquí, comió de nuestra comida, tenía acceso al museo como muy pocos porque confiábamos en él y viene y hace esto”, lamentó.

Un portavoz de la oficina del sheriff del condado de Sonoma confirmó a AFP que Cunningham fue acusado el 13 de marzo del robo. Fue arrestado y liberado bajo fianza.

Josh Edelson | Agence France-Presse
Josh Edelson | Agence France-Presse

El sargento Spencer Crum explicó, basado en el expediente, que Cunningham había visitado a Sansweet tres veces el año pasado y que “tuvo acceso al museo pues voluntariamente quitaba el polvo de las piezas y limpiaba”.

El robo salió a la luz cuando un gran coleccionista y dueño de varios sitios web sobre “Star Wars” denunció que uno de sus objetos -un raro prototipo de un lanza cohetes de Boba Fett- había sido robado en un depósito en Texas.

Un distribuidor de juguetes informó poco después que había comprado ese artículo y otros raros coleccionables de Cunningham.

Sansweet dijo que Cunningham le ha enviado correos electrónicos y mensajes de texto admitiendo el robo. “Dice que está en terapia, que busca entenderse y ofrece disculpas”, dijo.

“Tener un amigo que venga y haga algo así te hace perder fe en la humanidad”, siguió el coleccionista, que pidió a quienes tuvieran alguno de los objetos robados que los devuelvan al museo.