Desde hace un tiempo que el actor estadounidense Tom Hanks dedica parte de su tiempo libre a fotografiar cosas extrañas, graciosas o llamativas que observa en la calle y que luego comparte con sus seguidores de Twitter. Desde objetos perdidos hasta autos abandonados, figuran en su lista de curiosas imágenes.

Sin embargo, hubo una que llamó especialmente la atención de sus seguidores. Se trataba de la captura de un enorme edificio de concreto sin ventanas en pleno Nueva York.

“Este debe ser el edificio más espeluznante que he visto. ¿Qué diablos hay adentro?” escribió junto a la foto que compartió con sus 13 millones de seguidores.

Su pregunta provocó muchas especulaciones entre los usuarios que respondieron con humor: “Allí se fabrican las pesadillas”, “Se parece al Ministerio de la Verdad (en referencia al libro 1984 de George Orwell)”, “Es donde Danaerys Targaryan (de Game of Thrones) guarda sus dragones”, “Son las oficinas de Men in Black”, “El campeonato mundial de Yenga se realiza ahí”, fueron algunos de los mensajes que le dejaron sus fans.

Pero la verdad es que este edificio ubicado en el Bajo Manhattan fue creado por el el arquitecto de San Francisco, John Carl Warnecke, y está ocupado por las empresas de telecomunicaciones AT & T y Verizon.

Según un artículo de New York Times publicado en 2016, también se habría utilizado como centro de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

“Desde una acera del Bajo Manhattan, el edificio ubicado a la altura del 33 en Thomas Street, conocido como Long Lines Building, parece nada menos que un monumento a la privacidad”, indica el diario.

Photos.scripting.com
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Allí cuenta que su construcción fue encargada por una filial de AT & T para albergar líneas telefónicas de larga distancia. Al ser terminado en 1974, fue fortificado para soportar un ataque nuclear contra Nueva York.

El diario señala que un artículo de investigación en The Intercept y una película documental de 10 minutos llamada “Project X”, aseguran que el edificio parece haber cumplido otro propósito: permitir a la Agencia de Seguridad Nacional espiar conversaciones telefónicas.

Según estas investigaciones, el inmueble fue una de las instalaciones utilizadas para monitorear comunicaciones -con permiso de la Justicia- de entidades internacionales.

“El rascacielos de Manhattan parece ser un lugar central usado para un polémico programa de vigilancia de la NSA que ha dirigido las comunicaciones de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y por lo menos 38 países, incluidos los aliados estadounidenses”, señalaba el polémica reportaje.

De este modo, paradójicamente este edificio que parece un monumento a la privacidad, sería una especie centro de operaciones para violarla… con permiso de la Justicia.