Todo empezó con la idea inocente de informar en el periódico escolar The Booster Redux quién era la nueva directora que llegó a su colegio. Pero, cuando ahondaron sobre el curriculum de la mujer se dieron cuenta que estaban frente a una farsa.

Hablamos de un grupo de alumnos de la escuela secundaria Pittsburg High School de Kansas en Estados Unidos que descubrieron que su directora, Amy Robertson, habìa mentido respecto a su pasado laboral.

En cuanto obtuvieron la primera pista de que algo andaba mal, los 6 escolares que participan en el periódico estudiantil se pusieron a ahondar más al respecto, con la rigurosidad de un periodista con experiencia.

“Ella iba a ser la cabeza de nuestra escuela, y queríamos tener la seguridad de que estaba calificada y tenía las credenciales adecuadas”, dijo al medio Kansas City Star, Trina Paul, alumna de último año y editora del diario escolar. “Tropezamos con algunas cosas que la mayoría podría no considerar credenciales legítimas”, añadió.

Según señala el diario El País, los adolescentes se dieron cuenta de que el CV de Robertson decía que tenía estudios de postgrado en la Universidad Corllins y que había trabajado como directora ejecutiva en una consultoría de educación en Dubai. Sin embargo, cuando se dispusieron a corroborar esos datos, la verdad salió a la luz.

Primero descubrieron que la Universidad Corllins ni siquiera está reconocida por el Departamento de Educación de Estados Unidos, y además nunca respondieron los correos electrónicos en que ellos solicitaron información sobre el grado académico de la mujer. Los estudiantes sospecharon que el establecimiento es una especie de ‘fábrica de diplomas’, donde la gente paga por títulos y certificados falsos, pues no pudieron encontrar evidencia de que la casa de estudios estuviera operando.

Luego, encontraron que el Gobierno de los Emiratos Árabes retiró la licencia a la escuela en Dubai, donde Robertson fue directora, debido a años de resultados deficientes.

Tras obtener esta información, los jóvenes se dedicaron de lleno a la investigación, destinando incluso días de sus vacaciones para ello. De hecho, intentaron entrevistar a la propia aludida respecto a los hallazgos, pero ella sólo entregó respuestas confusas, con fechas y datos sin consistencia.

Según reveló Emily Smith, asesora del periódico escolar, al diario The Washington Post, muchas personas les dijeron a los niños que dejaran de meterse en lo que no les importa, pero no se rindieron. “No entendían cómo algo que para ellos fue tan fácil de ver, no fue descubierto por los adultos”, indicó Smith.

“Estoy muy orgullosa de ellos”, afirmó Smith. “(Los estudiantes) No querían que nadie renunciara ni que nadie fuera despedido. Trabajaron muy duro para descubrir la verdad”, aseguró.

Pese al rechazo, los niños encontraron apoyo en Destry Brown, superintendente de la escuela, quien los animó a continuar.

La renuncia

Aunque no lo buscaban, el arduo trabajo tuvo consecuencias. Al no poder rebatir las averiguaciones de los estudiantes, cuatro días después de que la investigación fuera publicada en el periódico escolar, Amy Robertson presentó su renuncia al cargo, la cual fue aceptada inmediatamente por el consejo escolar.

“A la luz de los problemas que surgieron, Amy Robertson consideró que lo mejor para el distrito era renunciar a su cargo”, señaló Brown en un comunicado.

Brown también reveló que el consejo estuvo de acuerdo con esa decisión y que se pondrá en contacto con otras personas que postularon al trabajo para ver si todavía están interesadas.

“Nuestro objetivo es encontrar la mejor persona que podamos encontrar para ser nuestro director”, dijo Brown. “Yo sé que los estudiantes quieren eso también”.

Fue tanta la repercusión del caso que el periodista Todd Wallack, miembro del equipo de investigación de The Boston Globe -el mismo que inspiró la cinta Spotlight- felicitó al grupo de escolares.

“Gran trabajo de investigación realizado por estudiantes de secundaria”, escribió el reputado reportero.