En 2012 el fotógrafo español Alberto Van Stokkum tuvo la posibilidad de hacer una sesión nada menos que para su banda favorita, Arctic Monkeys, lo que sin embargo posteriormente le traería insospechadas consecuencias.

Y es que una de las fotografías que tomó del vocalista Alex Turner en aquella oportunidad se masificaría al punto de que otros terminarían usándola para vender poleras, pósters, carcasas de celular y otro tipo de souvenirs.

Los abogados de la banda lo acusaron de lucrar sin su autorización, aún cuando él jamás lucró con su captura. De hecho, ni siquiera sabía de la popularidad que había alcanzado la toma.

“Todo esto sale de una llamada de Rolling Stone (la revista) contactándome para hacer unas fotos a un grupo”, comenzó señalando Alberto al periódico español El País.

Alex Turner en la revista Rolling Stone
Alex Turner en la revista Rolling Stone

“Soy mega fan. Disimulé, evidentemente, y aunque me dijeron que no había presupuesto, respondí que me daba igual, que lo hacía gratis y me llevaba a dos colegas diciendo que eran mis ayudantes”, agregó.

Desde la revista le advirtieron que los artistas no tenían una muy buena disposición para las fotografías, razón por la que el español tomó todos los resguardos para no molestarlos.

“Llegamos al Palacio de los Deportes (lugar del show que la banda ofrecería en Madrid) y estuvimos esperando unos veinte minutos”, precisó, añadiendo que después de un rato el mánager del grupo les explicó qué es lo que podría hacer y lo que no.

Imagen en una carcasa ofrecida en Aliexpress
Imagen en una carcasa ofrecida en Aliexpress

Luego de conocer al conjunto musical, Alberto comenzó a fotografiar a todos los integrantes, dejando para el final a Turner. Su objetivo era uno solo: no hacer las típicas imágenes. Es por esto que en medio de la sesión le pidió al británico que le lanzara el cigarro que estaba fumando.

Si bien en un comienzo el músico se negó a hacerlo, la insistencia de Alberto hizo que finalmente accediera a la inusual petición. “En ese momento me iluminó Dios y me concedió la foto que había imaginado”, sostuvo.

Tras terminar, Alberto subió algunas de estas imágenes en sus redes sociales. Un año después, uno de sus amigos le contó que la fotografía estaba apareciendo en una gran cantidad de merchandising no oficial.

Imagen en una polera ofrecida en Aliexpress
Imagen en una polera ofrecida en Aliexpress

Aún cuando pensó en tomar acciones para recibir algún tipo de regalías por la imagen que se había vuelto sumamente popular, finalmente optó por sólo quedarse con el orgullo de haber sido el autor anónimo del trabajo.

Pero la historia no acaba aquí. Después de unos meses, Van Stokkum recibió un mail con el asunto “Arctic Monkeys shooting”.

“Yo justo salía del cine y al chequear el mail y verlo así rápido pensé `no jodas, quieren más fotos´. Pero al leerlo después todo, la cosa cambió. Era un mail en un tono bastante raruno, insinuando que yo estaba explotando las fotos sin su consentimiento”, precisó.

Imagen en el artículo de la revista Rolling Stone
Imagen en el artículo de la revista Rolling Stone

En otras palabras, no sólo no estaba recibiendo ganancias por la imagen que tomó, sino que además los abogados de la banda lo estaban acusando de hacer negocios sin el consentimiento de la agrupación.

Finalmente, y gracias a la ayuda de una amiga que trabaja en la productora de eventos Live Nation, logró aclarar el tema con los representantes de Arctic Monkeys.

“Estoy seguro de que Alex Turner se acuerda de mí. No creo que muchos fotógrafos le hayan pedido que les tire un cigarro”, reflexionó el fotógrafo.