El 6 y 9 de agosto de 1945, se efectuaron los ataques nucleares de Hiroshima y Nagasaki en Japón, por orden del entonces Presidente de Estados Unidos, Harry Truman.

Hoy, 71 años después, aún se recuerdan las explosiones de la bomba Little Boy en Hiroshima y Fat Man en Nagasaki, las cuales marcaron el fin de la Segunda Guerra Mundial y acabaron con la vida de unas 220.000 personas en total.

Entre las víctimas mencionadas, sólo la mitad murió en los días de bombardeo, el resto perdió la vida por lesiones o enfermedades que fueron consecuencia de la radiación emitida.

Asimismo, algunos fallecieron de leucemia y múltiples cánceres que se atribuyen a la radiactividad.

Además de las pérdidas humanas, los daños materiales fueron cuantiosos y entre otros efectos destacan las llamadas “sombras perpetuas” que dejaron algunos objetos y las botellas deformadas, producto del intenso calor irradiado.

A continuación te mostramos algunas imágenes que recuerdan los efectos de estos ataques nucleares, los únicos que se registran hasta ahora en la historia mundial.

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