El 21 de enero de 1989 es una fecha que William Tipton probablemente nunca olvidará: su padre se desplomó en el suelo de su casa rodante y los paramédicos que acudieron a socorrerlo le abrieron la camisa: “¿Sabes si tu papá se sometió a alguna operación de cambio de sexo?”.

La biografía del jazzista titulada “Suits me. The double life of Billy Tipton”, escrita por Diane Wood Middlebrook, relata que ante dicha pregunta su hijo menor dio un paso hacia adelante para luego quedar atónito con la visión de un torso que claramente pertenecía a una mujer: “Yo estaba impresionado. No tenía pensamientos, sólo mire al cielo pensando en que era alguna alucinación por drogas”.

Suits Me. The double life of Billy Tipton - Diane Wood Middlebrook
Suits Me. The double life of Billy Tipton – Diane Wood Middlebrook

Y es que nadie en 50 años había visto aquellos pechos, ni siquiera las mujeres con las cuales compartió su intimidad. Billy cuidó de vendarlos religiosamente cada día y proteger celosamente su privacidad cerciorándose de cerrar la puerta con llave cuando iba al baño donde se vestía.

El comienzo de la historia

Billy nació en 1914 en Oklahoma y creció en Kansas, su madre la llamó Dorothy Lucille Tipton. A medida que fue cumpliendo años, fue aprendiendo órgano, piano y saxofón y empezó a dedicarse al jazz. Tenía un gran talento musical, pero en ese tiempo no había mucho futuro para las mujeres que querían dedicarse a la música, que era el sueño de Tipton.

“Había un código no escrito en el mundo del jazz que decía que las mujeres no serían contratadas”, afirma Leslie Gourse autora del libro Madame Jazz.

Dorothy Tipton, Foto de W.T. Tipton , dianemiddlebrook.com
Dorothy Tipton, Foto de W.T. Tipton , dianemiddlebrook.com

Decidida a desafiar los límites impuestos por una sociedad que no le daba las mismas oportunidades a las mujeres, a los 19 años decidió cambiarse de ciudad y empezar una vida nueva con el nombre de Billy, logrando registrase legalmente como hombre. Sus motivaciones nunca las sabremos a ciencia cierta, puesto que Billy se fue de este mundo sin hablar de esto con nadie, pero las dos respuestas más obvias son una elección sexual y/o trabajar en el mundo del jazz.

Para hacerse pasar por un caballero vendó sus pechos, justificándose con que había sufrido un grave accidente cuando niño, en el cual se le quebraron varias costillas y habría quedado además con algún impedimento sexual.

Sin embargo, Wayne Benson, un bajista con quien hacía música, dijo en una entrevista con Middlebrook: “Ella estaba actuando como un joven. Nadie dijo nada, pero en lo que a mí respecta era una mujer. Me sorprendí con el desconcierto del mundo cuando falleció y descubrieron su verdad”.

Billy Tipton en 1945, Foto de Betty Cox, dianemiddlebrook.com
Billy Tipton en 1945, Foto de Betty Cox, dianemiddlebrook.com

Una de las -al menos- cinco muchachas con las que tuvo una relación fue Betty Cox, a quien conoció cuando ésta tenía 18 años y vivieron juntos como matrimonio.

A pesar de haber llevado una vida sexual activa, Cox nunca descubrió que compartía la cama con una mujer. “(en esa época) tú usabas una bata y no dejabas la luz encendida cuando tenías sexo”, declaró en una entrevista telefónica con el NY Times.

Betty se excusa con haber sido inocente e ignorante cuando joven: “Ahora 40 ó 50 años después, tú ves a travestis todo el tiempo en televisión… Puedo mirar a una persona y decir ‘esa es obviamente una mujer‘ ¿Por qué no pude hacerlo antes? Me complican los sentimientos y el afecto que tuve por el amor más fantástico de mi vida (…) Me gustaría poder gritarle al mundo lo increíble que fue Billy como persona, amigo, confidente y amor. Billy es todavía un ‘él’”, escribió en una carta dirigida a la autora de la biografía de Tipton.

Una mujer importante en la vida de Billy fue su ex esposa Kitty Kelly, una bailarina de striptease apodada la Venus Irlandesa, con quien contrajo matrimonio en 1962.

La artista había padecido una enfermedad que le impedía tener sexo, por lo mismo es menos sorprendente que tampoco se enterara del secreto de su pareja. “La verdadera historia sobre Billy Tipton no tiene nada que ver con el género. Él fue una persona fantástica, casi maravillosa y muy generosa”, declaró a Los Ángeles Times.

La pareja deseaba tener hijos, por lo cual adoptó a tres niños: John, Scott y William, quienes lo describieron como un padre ideal. “Es el único papá que conocí. Él estaba siempre ahí para nosotros. Teníamos una relación cercana. Íbamos a ver películas, éramos buenos amigos, salíamos a comer o simplemente nos sentábamos a conversar. Nunca se me pasó por la mente que fuera una mujer”, confesó su hijo William al NY Times.

Kitty y Billy se separaron en 1981 cuando los hijos estaban en la adolescencia por desavenencias en el modo de criarlos, ya que Kitty pensaba que su esposo era muy permisivo. Luego del divorcio, los tres jóvenes se fueron a vivir con su padre.

Billy and Kitty padres en 1963, Foto de Kitty Oakes, dianemiddlebrook.com
Billy and Kitty padres en 1963, Foto de Kitty Oakes, dianemiddlebrook.com

El arte de la representación

Según los expertos, Billy fue un gran músico y poseía un talento increíble. Sin embargo, nunca llegó a ser del todo famoso, algunos conjeturan que por una decisión propia para evitar la sobre exposición que podría revelar su verdadera identidad y por eso rechazó contratos importantes de grabación, como el ofrecido por Liberace, un pianista y actor estadounidense, que prometía pagarle más del doble de lo que usualmente recibía para trabajar en Reno, Nevada.

En 1951 el músico formó el grupo Billy Tip Tipton Trío con el cual lanzó dos álbumes: “Sweet Georgia Brown” y “Billy Tipton Plays Hi-Fi on Piano”. “No tenía idea que era una mujer y no supe hasta el día que murió”, contó Kenny Richards, quien tocaba el bajo en la banda.

Billy Tipton en el piano, Wikipedia
Billy Tipton en el piano, Wikipedia

En 1958 Billy se estableció en la ciudad de Spokane, en el estado de Washington, donde creó una agencia para representar músicos y fue conocido por ser un ciudadano ejemplar. Siempre participaba en eventos de caridad entreteniendo a la gente por medio del jazz y era miembro de un grupo de boy scouts con sus hijos.

En la década de los ’80 su negocio no contaba con muchos clientes, a pesar de ello siempre se presentaba en la agencia bien vestido y de buen humor. El mismo hecho de ocultar su secreto aceleró su partida, ya que prefería evitar a toda costa visitar doctores cuando sentía algún malestar para así proteger su identidad. La causa de su muerte fue una hemorragia producida por una úlcera no tratada.

La persona que firmó su autopsia llamó a un periodista local, invitándolo a mirar el certificado de defunción de Billy, por haber sido una figura importante en el ambiente del entretenimiento en Spokane.

Kitty, su ex mujer, hizo todo lo posible para resguardar el secreto e incluso visitó al editor de prensa del periódico, argumentando el derecho a la privacidad.

Sin embargo, la historia era demasiado llamativa para no hacerla pública y el medio se había conseguido una entrevista con uno de los hijos de Billy lo cual constituía permiso suficiente para ser difundida.

Middlebrook, profesora de la Universidad de Stanford y autora de su biografía, sostiene que el caso de Billy entrega la oportunidad de explorar y discutir la pregunta sobre cuánto de lo que llamamos femenino y masculino es resultado de la biología y cuánto es producto de una actuación siguiendo las normas culturales.

Billy fue un gran observador de estos dos mundos y un experto para imitar engañando incluso a sus más cercanos, un número que realizó por más de 50 años: “Billy demostró por sus logros que el género, a diferencia del sexo, es en gran parte una representación. Ella fue el actor y él el personaje”, declaró la investigadora.

Billy Tipton, dianemiddlebrook.com
Billy Tipton, dianemiddlebrook.com

Además, la escritora dijo para una entrevista con el NY Times: “Ella era una gran actriz. No creo que haya pensado que había nacido en el cuerpo equivocado, ésa es una narrativa contemporánea (…) La historia de Billy nos deja observar una solución audaz para ganar un cierto grado de reconocimiento en un mundo que era de los hombres”.