La pandemia de coronavirus es una amenaza mundial con muchos elementos aún desconocidos, que a diario se han ido descubriendo. Lo que sí está claro hasta ahora, es que las enfermedades de base como el asma, la hipertesión, la diabetes y la obesidad, complican la evolución de los pacientes contagiados e incluso los ponen en mayor riesgo de muerte.

Pero ¿por qué la obesidad es tan riesgosa? Según Josefina Jorquera, nutricionista de la plataforma especializada en preparación física, nutrición, medicina y psicología, NTF, esto se debe “por una exacerbación de la cascada inflamatoria que se presenta con el virus. Los pacientes con dicho virus al estar ya con un estado inflamatorio de base, ven incrementado el riesgo de agravarse y morir a causa de él”.

“Cualquier enfermedad, ya sea diabetes, cáncer, entre otras, se ve agravada cuando el paciente tiene obesidad. Una de las razones es que la obesidad genera un estado inflamatorio crónico que va mermando la capacidad del organismo de hacer frente a las enfermedades. Esto sin considerar los problemas circulatorios y respiratorios causados por el exceso de acumulación de grasa”, explica la experta.

La Federación Mundial de Obesidad añade, en tanto, que “los pacientes obesos son más difíciles de intubar en caso de necesitar un ventilador mecánico, es más difícil obtener imágenes de diagnóstico (ya que existen límites de peso en las máquinas de imágenes), son más difíciles de poner y transportar por el personal de enfermería”.

 
En Chile una de las principales causas del sobrepeso es el sedentarismo y la baja actividad física de la población. Los últimos datos publicados por la OECD muestran que Chile es el país con mayor obesidad y sobrepeso (74% de la población adulta), superando a (72,5%) y Estados Unidos (71%). En el caso de los escolares, la mitad de los niños padecen obesidad o sobrepeso (52% de acuerdo a los últimos datos del Mapa Nutricional de Junaeb 2019).

“Estos altos índices se deben a la mala alimentación, estilo de vida acelerado de trabajo, en consecuencia, tiempos de preparación y consumo de alimentos muy restringidos y disminuidos lo que lleva a elección de alimentos ultra procesados que son altos en azúcares, grasa y calorías”, añadió.

Por este motivo, es muy importante ver en el confinamiento una forma de cambiar hábitos. “La motivación es esencial y además conseguir una guía profesional que oriente el ejercicio y la nutrición para ir paulatinamente adquiriendo y consolidando hábitos de vida saludables”, cerró.