Las relaciones de amistad, hechas en la infancia, son difíciles de mantener a medida que va creciendo la persona, factores como tiempo, trabajo y relaciones amorosas son los más comunes. No obstante, investigadores indicaron que existen 4 factores que hacen que una amistad pueda durar para siempre.

El estudio norteamericano “Amistad entre niños”, sostiene que las relaciones de confianza varían según la edad de la personas. “Los niños eligen a sus amigos por su disponibilidad para compartir, ser honestos y ayudar; en la adolescencia la amistad ayuda a aprender habilidades sociales complejas, conocernos y saber quiénes somos; en la vida adulta, se desarrolla en un entorno social amplio, pero no tan intenso y la vejez prioriza calidad por sobre cantidad”, indica el documento.

De todas estas, sin duda las amistades hechas en la infancia son las que más huella dejan, debido a la gran cantidad de experiencias significativas para la vida. Recuerdos que hacen que los adultos no puedan dejarlas en el olvido.

Pixabay (CCO) Pexels
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En este sentido, existen diversas causas que hacen que las personas mantengan estos lazos. El psicólogo Pablo Berrocal, Máster en inteligencia emocional, indicó al diario español El País que “los recuerdos de unas amistades muy intensas y emocionales. Perder a esos amigos es como borrar de la memoria una etapa positiva de nuestra vida. Son las relaciones más inocentes, auténticas y sinceras que hemos tenido. En la vida adulta, no siempre es fácil encontrarlas”.

Estos recuerdos hacen que en la vida adulta, frases como “tenemos que juntarnos”, “tenemos que conversar” o “hablemos por teléfono” sean muy comunes.

¿Por qué hay relaciones que no se mantienen?

Berrocal sostiene que hay cuatro condiciones fundamentales para que una relación de amistad se mantenga estable a pesar del paso de los años.

“En una amistad auténtica se dan cuatro características: la confianza, la sinceridad, la fidelidad y la reciprocidad. Características que se ven comprometidas en el paso a la madurez debido a las múltiples exigencias de la vida de los adultos”, sostuvo al medio español.

Otros factores importantes son las relaciones amorosas que los amigos desarrollen en el tiempo, además del grupo socioeconómico en el cual se posicionen en la vida adulta.

El psicólogo William M. Bukowski, profesor en la Universidad Concordia (Cánada), sostuvo en su investigación sobre infancia y adultez que las diferencias socioeconómicas y educativas aparecen como cruciales más allá de la infancia.

Helena Lopes (CCO) Pexels
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“Si usted y su mejor amigo del colegio han acabado perteneciendo a diferentes clases sociales, por ejemplo, será complicado que su relación se mantenga intacta durante la edad adulta”, sostuvo en el documento.

En su estudio, el investigador español apoya las conclusiones establecidas por Bukowski al respecto, indicando que muchas veces el amigo niño y adulto puede parecer “alguien distinto” con el paso del tiempo.

“Cuando nos encontramos años después con alguien a quien hemos tenido mucho cariño, tenemos la ilusión de que todo se ha congelado y sigue igual que entonces, pero muchas veces nos damos cuenta de que ambos hemos evolucionado de forma muy diferente y de que no tiene mucho sentido mantener esa relación con la misma intensidad de tiempo, intimidad y compromiso que con nuestros amigos actuales”, explicó Berrocal.

Para mantener las relaciones de amistad, un estudio de la Universidad Autónoma de México sostiene que la disponibilidad mutua es clave para mantener el contacto.

“Las amistades pueden persistir a través de la interacción en curso o el contacto intermitente, o llegar a existir por los recuerdos”, afirma el artículo.

Las redes sociales también pueden apoyar el lazo, ya que pueden paliar problemas como la falta de tiempo y la distancia entre las personas.

“Pueden calmar nuestra curiosidad, nos permite abrir una puerta para retomar el contacto y reavivar, con suerte, esa amistad e integrarla en nuestras vidas”, concluyó Juan Pablo Berrocal.