El estrés es uno de los problemas que más afecta a la sociedad actual. De forma directa o indirecta, este repercute en el comportamiento de las personas y puede terminar por desencadenar distintos padecimientos o enfermedades que, incluso, pueden lograr volverse inhabilitantes.

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Es por lo anterior, que los expertos en salud recomiendan controlar este estado mental, de manera que no termine por provocar consecuencias negativas en el organismo. Al respecto, el maestro de yoga Singh Sabih Gurubachan Singh Khalsa -estadounidense radicado en Chile- recomendó en el diario Las Últimas Noticias, trabajar estos niveles a través de la respiración.

En la publicación, el maestro destaca que para vivir “una vida plena” es importante poner mucha atención en cómo estamos respirando, puesto que ésto es clave para mantener la tranquilidad. “Hay que darle su tiempo a respirar bien cómo máximo 11 minutos al día”, expresa. No obstante, Singh recurrió a una técnica que requiere menos tiempo y que incluso puede ayudar a quienes sufren crisis de ansiedad.

Sólo algunos segundos

Para realizar este ejercicio puedes tardar menos de un minuto, aunque -tal cómo menciona el maestro- es ideal volverlo parte de la rutina, “tal como lavarse los dientes”; por ejemplo, dice. “Sin respiración no se puede conseguir felicidad ni buena salud”, sentencia. “Esto no es ciencia anatómica, es una cosa básica del ser humano y muy sencilla de practicar”, agrega.

Esta técnica consiste en inhalar, retener y exhalar por 3 segundos cada paso. Es importante mantener la espalda totalmente erguida para realizar este ejercicio y ojalá cerrar los ojos para mayor concentración. El aire debe almacenarse en el “estómago” de manera que la zona abdominal se infle y desinfle con cada ciclo. “Son tres segundos inhalando, tres segundos guardando y tres exhalando. Con ello se logra dar más vitalidad al sistema nervioso”, explica el experto.

Pixabay CC0
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El maestro de yoga además detalla que es importante trabajar con el músculo del diafragma (ubicado entre la cavidad pectoral y abdominal) pues aquí se guardan los sentimientos negativos como la tristeza o frustración, siendo importante trabajarlos y eliminarlos. “Todos deben entender que respirando lento, largo, profundo y consciente, nos ayuda a estar mejor”, relata.

Fosa nasal izquierda y derecha

Aunque parezca extraño, respirar por una u otra fosa nasal activan distintas funciones en el cerebro, entregando diferentes mensajes. Así lo explica al diario el docente de la universidad de Chile Ignacio Barahona, quien explica que respirar por el orificio izquierdo ayuda a relajarse, mientras que el derecho activa la energía en el usuario.

Lo anterior ocurre porque, en el caso del derecho, se activa el sistema nervioso simpático y “te da energía”, según detalla Barahona. En cambio, con el izquierdo, se activa el sistema nervioso parasimpático, el que logra llegar a la calma.

“A veces tenemos mil pensamientos por minuto y con una tremenda carga emocional”, reconoce el experto y agrega: “si respiramos bien, hacemos que ese pensamiento pase por el mismo campo mental, pero sin la emoción”.

Control sobre uno mismo

La respiración no sólo es un proceso físico, sino que las señales que esta envía al cerebro una vez controlada y concientizada, pueden transformarla en una influencia psicológica de gran ayuda, según detalla a BioBioChile el psicólogo de la Universidad de Concepción Carlos García.

García destaca que cuando una persona logra concentrarse en la respiración, esto le ayuda a percibir de otra forma los estímulos que le están angustiando y a generar una sensación de “control”. “Es lograr hacerse cargo de uno mismo”, afirma sobre ésta práctica. “Los psicólogos siempre lo recomendamos. Es una gran forma de alcanzar la tranquilidad y que ayuda a mucho a alguien con conflictos emocionales”, añade.

Por otra parte, el psicólogo explica que al enfocarse en oxigenar el cuerpo, esto produce una mejor circulación de la sangre, desenfocando al paciente de los estímulos externos. “Luego, así logra ver la situación de una forma más calmada y no desde el foco problemático”, explica.

Finalmente, García destaca que “controlar la respiración es controlarse a sí mismo”.