Un escritor del portal Teen Vogue usó la plataforma para contar la verdad que lo aquejó por muchos años de su vida. Dan Shinaberry, antes de convertirse en la segura persona que es hoy, debió aparentar ser alguien que en realidad no era por 18 años para darse cuenta que no era feliz.

Dan tenía sólo 6 años cuando supo que era gay. A pesar que sabía nada, en ese entones el joven fingió que se ahogaba sólo para que el salvavidas lo rescatara. Una vez que el hombre se lanzó al agua para salvarlo, se percató de su actuación y le dijo: “Amigo, usted sabe nadar, pero gracias por querer pasar un rato conmigo”. Cuando se alejó, fue su primera “pena de amor”.

De ahí en adelante, Dan no pensó que ser homesexual fuera un problema, hasta que comenzó a recibir burlas en el colegio que desencadenaron en episodios de bullying a medida que pasaba el tiempo. “Me golpearon en la cara en séptimo grado y luego, en octavo, me lanzaron por las escaleras ‘porque mis pantalones eran muy gay”, recuerda en el artículo.

Tras estas y otras terribles experiencias, Dan optó por cambiar y ocultar su verdadera identidad sexual. “Cambié mi forma de caminar, mi manera de hablar, de vestir… Copié todas esas cosas de otros chicos que eran heterosexuales”, señala. Después comenzó a salir con mujeres, que incluso se burlaban de las personas gay.

RIP g-rated , miss you everyday

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

#tbt to my first semester in Phi Tau with @vandonjones3 #meetings #weweighed120each #bros #DAV 😁

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

#tbt my first few days in tallahassee to my last. Its been a good run . Texas bound for bigger things! #drdan

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

@jessechavis and Dan do summer C #tbt #lilmansallgrownup

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

“Cada mañana me levantaba de la cama, me arrastraba hasta la ducha y lloraba. Me ponía mi disfraz y me preparaba para mi show”, confiesa el escritor.

“Había cavado un hoyo y estaba siendo enterrado por mi propia vergüenza y miedo a ser yo mismo”, admite el joven y agrega: “Tenía miedo de qué dirían mis amigos, mi familia (conservadora y católica). Me estaba vistiendo para otros y viviendo para los demás. Estaba asustado”.

Tras 18 años viviendo en este calvario, el joven no soportó más y vivió un episodio decisivo. “Recuerdo cuando regresé a mi casa después de las vacaciones de primavera y estuve llorando por 7 horas a solas. Me levanté en la mañana golpeado por un agotamiento total”, recuerda.

“Estaba cansado de llorar en la ducha y estaba harto de pretender ser algo que no era. Al principio no estaba seguro de hacer (lo que tenía pensado hacer), pero me atreví. Mi armario se convirtió en mi objetivo (era el mayor ejemplo de auto-opresión) y metí toda mi ropa en enormes bolsas de basura mientras temblaba de ira”, relata en el portal.

“Fue en este momento que me di cuenta de que ya no podría vivir para otras personas”, cuenta.

Es así como Dan optó por comenzar a expresar su identidad por la moda. Se vistió de la forma que se sentía mas a gusto y se enfrentó al mundo. “La ropa pasó de una cárcel a mi mayor forma de libertad”, reconoce.

i did this cool thing with @teenvogue, denim, and @beyonce 💰🤘🏻💎

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

👔😳☠️

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

snap back saturday 🗽

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

A post shared by drdanjames (@drdanjames) on

“Años después, me encuentro trabajando en una de las más grandes marcas de moda digitales del planeta (VOGUE) donde soy aceptado y apreciado por mi homosexualidad. Antes, me consumía la ansiedad de ser gay y ahora soy capaz de caminar por las calles de Nueva York de la mano de otro hombre sin pensarlo dos veces”, dice el escritor de moda.

Dan cuenta en su Instagram que decidió compartir la historia para ayudar a personas que estén pasando lo mismo que él. “La escribí para ayudar a otros a sentir que alguien los entiende y que reconoce su lucha por el amor propio, incluso a través de la moda, no es fácil”, relata

El escritor destaca: “No hay manera correcta o incorrecta de ser tú. Por mi parte, estoy feliz de usar mi plataforma de una forma positiva. El precio que pagas por vivir la vida en la que naciste siempre vale la pena. Gracias por leer”.