Uno de los panoramas que de seguro miles de chilenos realizarán en estas vacaciones de verano será ir a la playa.

No hay nada más relajante que estar recostado en un balneario con un quitasol mientras disfrutamos de esa brisa marina. Sin embargo, es importante tener en cuenta que debemos tomar ciertas precauciones para no experimentar un bochornoso (y doloroso) quemado “a lo jaiba”.

Es por esto que muchos optan a los infaltables bloqueadores solares, aunque no todos saben cómo se debe elegir uno. La mayoría se guía por el factor de protección solar FPS, buscando el más elevado dentro del catálogo.

¿Y qué es el FPS? Corresponde al Factor de Protección Solar, un índice que garantiza la capacidad protectora de un bloqueador o filtro frente a los efectos de la radiación. Stephan Jarpa, director del Instituto de Salud Pública, explicó anteriormente a BioBioChile que se trata de la cantidad de veces “más” que la piel está protegida del sol dependiendo del tipo de piel, intensidad de los rayos UV y el tiempo de exposición.

Pero lo cierto es que no basta con fijarse en el FPS, ya que son muchas las opciones las que entran en juego. Es por esto que a continuación presentamos algunos mitos recopilados por el sitio de la Clínica Continental de Lima, en torno a los protectores solares para que los recuerdes la próxima vez que vayas a comprar uno.

1- Antes las personas tomaban sol sin protección y no pasaba nada.

De acuerdo al centro especializado este mito es falso, aclarando que debido a que el efecto dañino es acumulativo, los efectos tardan varias décadas en aparecer. Es por esto que quienes anteriormente no pensaban experimentar consecuencias en su piel, ahora pueden estar viendo efectos como arrugas prematuras, manchas peligrosas o carcinomas.

2- Los protectores en spray se esparcen mejor.

Esto es falso, ya que más importante que el formato del producto solar es su textura. Algunos son difíciles de distribuir por sobre la epidermis debido a que son muy gruesos.

“Sin embargo, aplicado con paciencia, minuciosidad y frecuencia, cualquier producto solar de FPS 15 o más, logra cuidar toda la piel”, precisa el centro médico. Además añaden que es aconsejable preocuparse de la cantidad de protector que se utilice: al menos una cucharadita por cada zona del cuerpo.

3- La radiación UV-A produce cáncer, mientras que la UV-B arruga la piel.

Eso es verdad, ya que la radiación UV-A penetra en las capas más profundas de la piel, lo que está relacionado con el crecimiento incontrolable de células anormales que posteriormente causan el cáncer cutaneo. Por su parte, los rayos UV-B están unidos al fotoenvejecimientos. “Es importante fijarse en que el producto escogido tenga filtro para los dos tipos de radiación, requisito que no todos cumplen”, explican.

4- Lo ideal es usar bloqueador con FPS entre 15 y 30

Esta afirmación también es verdadera. Estudios citados por Clínica Continental sostienen que los bloqueadores con FPS 30 resguardan la piel en un 97%, “lo que se considera suficiente para personas sin problemas a la piel”. Además aclaran que no existen productos que puedan filtrar la luz solar en un 100%.

5- Los niños pueden usar el mismo protector solar que los adultos.

Esto es falso, ya que la piel de los niños es más permeable y absorbente que la de los adultos. De hecho, el portal señala que los menores de 6 años ni siquiera debieran usar este tipo de productos, ya que lo mejor en estos casos es que permanezcan vestidos y en la sombra.

En tanto, los niños de hasta 2 años pueden exponerse un poco más, aunque con filtros formulados para menores. “Después de los 6 meses y hasta los 12 años, los niños deben ser protegidos con filtros físicos o de naturaleza mineral, que funcionan reflejando la luz. Se reconocen porque dejan la piel levemente blanca. Con estos factores no se corre el riesgo de que ciertos químicos afecten al sistema inmunológico, minando el campo para futuras alergias”, precisa el sitio.

Pablo Ovalle | Agencia UNO
Pablo Ovalle | Agencia UNO

¿Qué diferencias existen entre los distintos Factores de Protección Solar?

La única diferencia radica en la duración que el producto tendrá protegiendo la piel y la cantidad de veces que éste debe aplicarse nuevamente, enfatizó la autoridad. En una nota anterior de BioBioChile explicamos que un bloqueador solar con FPS 50+ protegerá a la persona de la radiación UV entre 25 y 30 minutos, cuando la exposición al sol es continua.

En cambio un FPS 30+ debe ser aplicado sobre la piel cada 20 minutos y un FPS 15+ exigirá que se renueve cada 10 minutos, agregó.

El Director del ISP aseguró que la efectividad indicada anteriormente sólo rige cuando la persona no entra en contacto con el agua y presenta poca sudoración, ya que en estos casos el producto pierde de inmediato sus propiedades protectoras.

El Instituto de Salud Pública entregó a BioBioChile los siguientes consejos para manipular correctamente los bloqueadores solares.

1. El producto siempre debe tener su tapa original y estar guardado al interior de una caja. De esta manera se evita que se descomponga (se incorporen microorganismos) o se degrade (pierda sus propiedades físico- químicas). Además se aconseja que sea transportado al interior de un bolso para que así no esté en contacto directo con el calor.

2. Cada vez que la persona salga del agua debe volver a aplicar el producto en la piel. Esto, independientemente de que la última vez haya sido hace 20 minutos atrás. Al entrar en contacto con el agua pierde su efectividad protectora.

3. Se deben comprar aquellos bloqueadores solares (y cualquier otro producto cosmético) que cuenten siempre en su etiqueta con la certificación del Instituto de Salud Pública. Por lo tanto, es mejor adquirirlos en locales comerciales establecidos antes que comprarlos en la calle.

4. Si el consumidor encuentra en el mercado protectores solares con factor de protección solar sobre 50 (no permitida por la ley) puede realizar la denuncia directamente en la oficina del ISP en Santiago, a través de su página web, o en cualquier centro asistencial ubicado en regiones. Cabe destacar que esta situación puede ser castigada tanto con el pago de una multa, como con la orden de retiro del producto del comercio.

5. Un mismo envase de protector solar no puede durar todo el verano. Esto, porque la aplicación promedio del producto sobre la piel no debe superar los 25 minutos, dependiendo del FPS. En este sentido, el Director del ISP reconoció que pese a que su costo es muy elevado, el dinero destinado para su adquisición aumenta la prevención contra enfermedades que podrían desarrollarse a futuro como el cáncer.