Cuando en noviembre de 2014 Anna Pesce visitó a sus nietos en Wagener, Carolina del Sur, estuvo a punto de colapsar mientras intentaba subir unas escaleras.

“Tuve un dolor horrible justo en mi espalda”, comentó la mujer de 85 años -originaria de Nueva York- en conversación con el periódico norteamericano The New York Post.

“Tuvieron que cargarme hacia arriba y me sentaron en una silla de ruedas por el resto de mi estadía”, agregó.

Durante las últimas décadas Pesce ha visto su columna seriamente dañada producto de una hernia discal, escoliosis y osteoporosis, lo que le ha debilitado sus huesos, acentuando la curvatura en su columna.

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“Lo intenté todo: acupuntura, tratamientos con fisioterapeuta y viendo quiroprácticos”, aseveró la anciana. Aún cuando en algunos momentos el dolor desaparecía, asegura que después de unos días éste terminaba volviendo.

Todo parecía ir de mal en peor hasta que tres meses después del incidente en la casa de sus nietos, Anna empezó a trabajar con la instructora de Yoga Rachel Jesien, de 28 años.

Jesien comenzó a visitar a la mujer una vez a la semana para realizar las sesiones. Después de sólo un mes, Anna pudo volver a caminar.

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Pero los sorprendentes avances continuaron. “Después de dos meses, otro gran hito fue que Pesce aprendió qué poses debía hacer cuando se le presentaban determinados dolores. Por ejemplo, si le dolía la cadera, se sentaba en la silla y hacía la pose correspondiente”, comentó su instructora.

Si bien Jesien comentó que inicialmente la abuelita se mostró algo tímida, reconoció que la mujer alcanzó una enorme capacidad para aprender rápidamente los movimientos y poses.

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Rosemary Pitruzella, hija de Anna, indicó que ha visto un notable cambio en el comportamiento de su madre.

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“Mi mamá es mucho más independiente e incluso se trata mejor a sí misma… parece estar mucho más feliz”, precisó.

Cada día Pesce practica una serie de poses y ejercicios de respiración. “Antes de que comenzáramos a trabajar juntas ella estaba muy mal debido a su condición, pero ahora tiene una mejor perspectiva y se siente mucho mejor”, comentó su orgullosa instructora.

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