El municipio de Madrid (España) confirmó un millonario plan de acción para eliminar cerca de 10.000 ejemplares de cotorras argentinas (Myiopsitta monachus). La medida se toma para combatir la propagación que ha tenido esta especie en los últimos años, la cual consideran “invasora” y “potencialmente peligrosa”.
Según detalló la portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, los datos del últimos censo de animales en Madrid arrojaron que estos pajaritos aumentaron su población un 33%, sólo entre 2016 y 2019.
A eso se suma, según análisis de expertos, que las cotorras podrían ser transmisoras de enfermedades a la población y sus nidos un potencial peligro en caso de caer. Esto, aseguran, porque en descenso alcanzarían un peso de hasta 100 kilos.
Este plan tendría un costo de tres millones de dólares y se extendería desde octubre de este año hasta septiembre de 2022. Existirían diversas formas de reducir la población de estas aves.
Según detalló el diario español La Vanguardia, el servicio estará basado en labores de captura de ejemplares adultos por métodos de trampeo, la esterilización de hembras y control de sus puestas (esterilización de los huevos).
A eso se suma el apeo (trampas) en los nidos que hayan sido vaciados y la retirada hacia el vertedero cuando las cotorras sean capturadas.
El proceso de reducción se basará en métodos de captura como jaulas con trampas, uso de redes básicas y carabineras de aire comprimido, pudiendo sumarse otros en el mediano plazo.
También se realizará un control biológico y veterinario a las aves que continúen viviendo en el radio urbano de Madrid, el cual deberá ser informado a las autoridades semanalmente.
“La empresa deberá establecer un plan de gestión de capturas que contemple el traslado, los métodos a emplear para el sacrificio de ejemplares, así como la gestión de los cadáveres, debiendo presentar documentación del gestor homologado para los procesos que sea necesario”, expusieron.
Hay que señalar que la cotorra argentina fue introducida a principios de los años ochenta en Chile y, en la actualidad, existen estudios nacionales que alertan sobre su peligro hacia las personas.
