Hace algunas semanas conocimos la historia de Scott, un gatito de tres meses de vida que había perdido ambos ojos producto del herpes con el que nació.

La veterinaria chilena Daniella Herrera recibió y atendió al animal, y se propuso buscarle una nueva familia, la cual llegó hace algunos días.

Cuando su caso se hizo conocido, “apareció mucha gente que lo quería adoptar, pero que vivían en casa o tenían departamento sin malla”, aseguró la profesional, haciendo referencia a las medidas de seguridad que requiere el gatito.

En medio de esa búsqueda apareció un joven de Santiago. “Lo quiso venir a conocer un fin de semana y fue como amor a primera vista. Scott se empezó a trepar en sus piernas y empezaron a jugar”, contó Herrera.

 dranane  | Instagram
dranane | Instagram

“Él nunca había tenido gatitos. Entonces nos pusimos de acuerdo para después ir a dejárselo y le enseñamos cómo acostumbrarlo a su cajita de arena y todo lo demás”, comentó.

“Poco a poco hemos ido viendo a través de WhatsApp y cómo ha sido esta nueva experiencia para los dos, porque Scott nunca había vivido en un espacio tan grande y él no había tenido gatos”, aseguró.

“Se han acompañado mutuamente. Él está con teletrabajo y Scott lo ha acompañado”, añadió.

Su nueva familia le construyó caminos para que pueda subir a su rascador y dormir arriba, aunque también lo hace en la cama de su nuevo “papá”. “Se han adaptado súper bien”, dijo la veterinaria.

 dranane  | Instagram
dranane | Instagram

La historia

La historia de Scott comenzó cuando una abuelita llegó con él hasta una clínica veterinaria en Recoleta, donde Herrera lo recibió.

“Ella lo quería eutanasiar por que no tenían los recursos para operarlo ni cuidarlo. Ellos habían rescatado a la mamá del gatito, con sus crías y estos venían enfermitos con virus herpes”, explicó.

“Yo le di la posibilidad de dejarlo en la clínica, y hacernos cargo de él, para operarlo y recuperarlo. Entonces la abuelita decidió llorando, dejarlo. Él llegó pesando 400 gramos, muy enfermo, con un cuadro respiratorio importante”, añadió la veterinaria.

Los profesionales del lugar ayudaron a Scott y lo sometieron a una enucleación bilateral, que es una cirugía para extirpar quirúrgicamente los globos oculares.

“Él llegó con los ojitos afuera, los dos reventados por el virus. Lo operamos porque había que sacarle los globos oculares y había que cerrarle los parpados. Ahora él ya no tiene ojitos, están cerrados”, explicó.

La operación fue un éxito y según la veterinaria, Scott “hace una vida normal. Él juega, sigue los ruidos, araña, como cualquier gato”.

Actualmente el gatito pesa 900 gramos y se encuentra en perfecto estado.

Haz click aquí para mostrar el contenido
Daniella Herrera
Daniella Herrera

Pero Scott es sólo uno de los gatitos que cuida la profesional, ya que también tiene otros que buscan familia, como Linda Lucia, una pequeña de tres años y que sufre leucemia, además de haber perdido un ojo.