Picazón, lamido excesivo, lesiones en la cabeza y en el cuello, pequeñas costras que se sienten al acariciar al gato, pérdida de pelo en el abdomen o en las patas traseras, o incluso lesiones en placas o aumento de volumen que pueden confundirse con tumores, son algunas de las formas que presentan las alergias en los felinos.

A pesar que las alergias más importantes en el gato son a las pulgas, la hipersensibilidad al alimento y la alergia ambiental causada por los ácaros de polvo de habitación, pólenes y esporas de hongos, también lo pueden afectar.

En el caso de las alergias alimentarias, algunos gatos pueden cursar también signos gastrointestinales como vómitos o diarrea.

“Este tipo de lesiones también pueden presentarse en otras patologías dermatológicas, por lo que es muy importante que un veterinario examine al gato y realice las pruebas diagnósticas necesarias para determinar si es o no una alergia y cuál tipo es, ya que de ello dependerá el tratamiento”, cuenta Rocío Gómez, miembro de la Comisión de Tenencia Responsable del Colegio Médico Veterinario – Colmevet.

Cada día los gatos son miembros más importantes dentro de sus casas, y estar atentos a los temas que los afectan es clave para su bienestar. La tenencia responsable de animales implica estar atentos a las necesidades de las mascotas y tomar el curso adecuado.

En el caso de las alergias, es importante asesorarse por un profesional capacitado en el área, médicos veterinarios especialistas que puedan hacer una detección oportuna e indicar un tratamiento apropiado para resguardar la integridad física y cuidar la salud del gato.

Síntomas de una alergia

– Picazón
– Lamido excesivo
– Lesiones en la cabeza y en el cuello
– Pequeñas costras que se sienten al acariciarlo
– Pérdida de pelo en el abdomen o en las patas traseras
– Aumento de volumen que pueden confundirse con tumores