Cuando el dueño de Picasso vio que en su camada había un perro que no podría vender, no dudó en enviarlo a la perrera más cercana. Es así como el particular canino llegó a la perrera de Poterville (California, EEUU), lugar con fama de realizar tempranas eutanasias a los perros que nadie adopta.

Con 10 meses de edad y una malformación facial, Picasso encabezaba la lista para ser sacrificado. Por alguna extraña coincidencia del destino, uno de sus hermanos, Pablo, fue abandonado en el mismo lugar -luego que la familia que lo adoptó no lo quisiera más-, compartiendo su mismo y amargo destino. Sin embargo, un ‘milagro’ daría un giro en 180º en la vida de los canes.

Liesl Wilart, directora ejecutiva de la organización y albergue de rescate para perros Luvable Dog Rescue en Oregon (EEUU), llamó al lugar para preguntar si en su perrera residía algún perrito que ‘necesitara atenciones especiales’ o ‘alguna apariencia inusual’, según contó al sitio animalista The Dodo.

“Me enviaron una foto de Picasso. Estaba acurrucado en una cama de perro y parecía muy triste. Su cara torcida era sorprendente, pero su mirada parecía tierna y apacible. Para mí, fue amor a primera vista”, contó Liesl al sitio.

Cuando la mujer se enteró que el hermano del canino también estaba en la perrera, decidió llevarse a los dos a su refugio.“No me podía imaginar dejando atrás a su hermano”, admitió y se aseguró que ambos contaran con un sitio especial en el albergue.

Una vez que ambos caninos llegaron al lugar de adopción, fueron revisados por un veterinario que aseguró que Pablo y Picasso (llamado así en honor a las pinturas cubistas del artista y la similitud del rostro del can con ellas) estaban saludables y además eran muy cariñosos. “No sé cómo alguien pudo abandonarlos”, reflexiona la rescatista.

Respecto a la mandíbula Picasso, el mayor problema es que uno de sus dientes superiores está clavado en su mandíbula inferior, el cual retirarán para que pueda comer mejor.

Del borde de la muerte a la fama

Cuando el caso de Pablo y Picasso se hizo famoso gracias a los medios y la publicación de su historia en redes sociales, las solicitudes de adopción no tardaron en llegar. No obstante, Liesl Wilart aseguró que se “tomarán el tiempo necesario” para encontrar al mejor dueño para los perritos.

Por ahora, los caninos mezcla de pitbull con corgi disfrutan de su estadía en el refugio de Oregon en donde reciben cuidados veterinarios, baños, alimento, sesiones de foto, entretención, amigos y, sobre todo, mucho cariño.