El crudo relato de una cirujana que dedicó su vida a salvar a mujeres con cáncer de mamas y, más tarde, sufrió la enfermedad, conmocionó en Reino Unido. “La guerrera”, lleva por nombre el artículo publicado en el portal británico Daily Mail, en el que Liz O’Riordan cuenta su historia.

La narración comienza mostrando una fotografía captada en 2015 y otra actual. Fue ese año cuando le diagnosticaron el tumor en estadio III. El terminal es IV. “Cada una cuenta una historia sorprendentemente diferente. Y mirándolas a ambas, una al lado de la otra, todavía me cuesta creer… que esa mujer soy yo“, escribió.

En la primera imagen, sostuvo, todo lo que ve “es miedo”. Fue tomada hace cinco años, en noviembre, meses después de que le diagnosticaran la enfermedad. En la otra, dice que parece “vibrante y fuerte, ya no tengo miedo. Cansada, quizás”.

Afirma que contó su historia para que otros conozcan la realidad de la afección, que en su país llega a ser padecido por uno de cada dos británicos. En Chile, cada año fallecen unas mil mujeres por la patología; es la primera causa de muerte por cáncer.

El sitio especializado Medline Plus advierte que el cáncer de mamas es aquel que comienza en los tejidos mamarios. Puede ser producido por distintos factores de riesgo, entre ellos: factores genéticos y el beber alcohol.

Sus síntomas más notorios son un bulto mamario o en la axila, alguna variación en el pezón y un líquido que emane de él, que suele ser “sanguinolento, de claro a amarillento o verdoso, y lucir como pus”. En los hombres, en tanto, puede presentarse también como dolor y sensibilidad en las mamas.

Existen varios tratamientos que pueden curar la enfermedad, dependiendo del tipo de cáncer y de en qué estadio se encuentra. La persona puede ser recetada con tratamiento hormonal, radioterapia, quimioterapia, cirugías o un tratamiento dirigido con medicamentos.

En la publicación, O’Riordan narró que “en el momento de la primera fotografía, yo era una cirujana de mama consultor de 40 años que trabajaba en el Hospital de Ipswich. Al principio, pensé que el bulto que descubrí en mi seno izquierdo era solo otro quiste inofensivo. Lo último que tenía en mente era que era cáncer. Y sin embargo lo fue”.

Debió someterse a quimioterapia y a radioterapia, siempre pensando en la posibilidad de no curarse. “Se me cayó el pelo. Mis encías empezaron a sangrar. Me sentía mal todo el tiempo y mis intestinos dejaron de funcionar. Todo dolía”, recordó.

Rememoró que las fotografías fueron tomadas por Alex Kilbee, un audiovisual local que había vivido el cáncer de mamas de cerca, con su madre. En la sesión se emocionó. Se volcó hacia el fotógrafo y lloró pensando en que en cinco días podría ya no estar con vida.

Si bien una mastectomía logró eliminar el cáncer, en 2018 regresó. Se hizo una reconstrucción de senos pero debieron quitarle los implantes para asegurarse que las células cancerígenas fueran erradicadas por completo. “Ahora estoy plana”, advierte.

Luego su carrera comenzó a decaer. Salvó cientos de vidas en un quirófano. Eliminó varios cánceres, pero el suyo terminó por quitarle lo que más le gustaba: operar. Esto, debido a que empezó a sufrir del síndrome posmastectomía, que se caracteriza por dolores en el tórax y rigidez en las extremidades superiores. Con las molestias, definitivamente no podía arriesgarse a tomar un bisturí. Con 44 años dejó su profesión.

“En poco más de tres años, la enfermedad para la que había pasado 20 años entrenando para tratar me había robado mi carrera”, reconoce.

Más tarde vivió un crudo período de cuestionamientos sobre su cuerpo, que fue superado con el ejercicio físico. Con eso, se decidió a tomarse una segunda fotografía, en la que, dice, se ve “vibrante y fuerte”. “Esta vez fue una experiencia completamente diferente. En lugar de estar nerviosa y tímida, estaba orgullosa de mi cuerpo y quería lucirlo. Estaba lista para enfrentar la cámara de frente, una mujer completamente diferente”, asegura.

Vi a una guerrera mirándome. Creo que ella siempre ha estado dentro de mí. Simplemente no lo sabía”, añade.

La experta cierra explicando que “el cáncer siempre será una gran parte de mi vida, pero es hora de hacer algo diferente. Estoy escribiendo un libro sobre ser cirujano y, más tarde, paciente”.

“Mirar hacia atrás ha sido catártico. No fue fácil ser una aprendiz de cirugía en un mundo de hombres, pero me encantó. Ha sido triste reflexionar sobre todo lo que podría haber logrado si no hubiera tenido cáncer. Pero luego pienso en lo que he logrado”, finaliza.