Me invitaron a participar en el conversatorio organizado por la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta), donde algunos miembros de Juntos x el Agua conversamos en torno a la usabilidad de este recurso bajo la nueva Constitución y sus consecuencias para el sector agrícola, las personas y el medioambiente.
En la instancia, aparte de dar a conocer los posibles cambios que podría traer el nuevo marco legal, el diálogo emigró hacia el nuevo escenario que enfrentamos, donde prima la incertidumbre y la desigualdad de acceso al agua para los habitantes de la ruralidad bajo el nuevo escenario propuesto por los constituyentes.
Incertidumbre, ya que se propone que los derechos actuales de aprovechamiento de agua se convertirán en “autorizaciones”, donde no queda claro y se desconoce cómo se otorgarán, a quién y con qué seguridad en el tiempo. Desigualdad, ya que el texto propuesto establece que existirán distintas categorías de chilenos para el acceso al agua.
De todas formas, quiero adoptar una visión optimista para potenciar las posibles oportunidades que se podrían desarrollar, como la creación de una Agencia Nacional de Agua que vendría a eficientar la definición de mecanismos para la gobernanza del agua. Sin embargo, no debemos esperar a que este tipo de acciones se concreten o no, la sociedad en general debe trabajar para encontrar solución a un problema que nos aqueja a todos y debemos hacernos responsables: hoy, hay menos agua y tenemos que convivir con esa realidad.
Frente a este problema es clave que exista voluntad de todas las partes involucradas para trabajar de manera colaborativa, partiendo por el Estado, que debe establecer reglas claras para que los distintos actores y sus actividades “convivan” con la realidad del agua. A su vez, los usuarios, que son básicamente las personas; la industria agrícola y otras industrias, deben convivir entre sí y tener la disposición de generar una relación virtuosa y no viciosa, como tiende a ocurrir cuando no existen las voluntades.
Así es como lo veo, ir en la línea de crear juntos un ecosistema, siempre bajo un marco de cuidado del medioambiente, y extender nuestra preocupación hacia la situación que está enfrentando la persona o comunidad aledaña.
En conjunto, necesitamos encontrar una parte de la solución, donde la tecnología e innovación adopten un rol protagónico, puesto que requerimos pensar de otra manera a la que hemos estado acostumbrados, y habilitar nuevas formas de interacción y gobernanza en materias relacionadas con el agua.
Rodrigo Mena, fundador-gerente de desarrollo de We Techs.