La fragilidad del sistema sigue siendo un hecho evidente, por lo que todos los esfuerzos deberían centrarse en cuidar la poca agua que tenemos. Cuidemos nuestro sistema y comunidad. Estamos a tiempo de corregir en parte el rumbo.

Recientemente conocimos la prórroga del decreto de racionamiento eléctrico preventivo hasta el mes de septiembre de 2022.

La fragilidad del sistema sigue siendo un hecho evidente, por lo que todos los esfuerzos deberían centrarse en cuidar la poca agua que tenemos. Sin embargo, pareciera que el Coordinador Eléctrico Nacional no opina lo mismo.

De acuerdo con los datos proyectados en la coordinación hidrotérmica, por los modelos ocupados por el Coordinador para determinar el precio del agua en el despacho de las centrales hidroeléctricas, se estarían cometiendo errores garrafales subvalorando su precio, provocando que se siga insistiendo en ocupar agua en exceso y vaciando los embalses antes de tiempo.

Si la proyección de precios de combustibles importados no refleja debidamente los efectos geopolíticos ni la falta de oferta producto de la reactivación económica mundial, estamos dando la señal de que el precio futuro de la energía será más bajo de lo debido.

Si adicionalmente se consideran más escenarios favorables a la condición de sequía extrema que se viene desarrollando desde hace más de una década, no estamos ponderando correctamente los efectos del cambio climático.

En consecuencia, estamos conteniendo artificialmente escenarios de muy alto impacto y que antiguamente se pensaban en extremo difíciles de que ocurrieran. Hoy en día son una realidad.

Si bien se agrega una importante capacidad instalada en el plan de obras en 2022 en diversas tecnologías, incluyendo hidro y térmica, dicho tratamiento en los precios de combustibles e hidrologías acentúa la proyección de costos a la baja y hace menos relevante guardar agua.

Nos encontramos en una situación en que se fuerza el despacho hidroeléctrico en desmedro de otros tipos de fuentes de energía, descargando la batería natural del sistema eléctrico que nos entrega seguridad y robustez al sistema.

Es difícil pretender doblarle la mano al destino a través de una visión miope sobre la base de responsabilizar a un modelo.

Todos queremos que los costos bajen, pero de esta manera se pone en jaque la seguridad de la operación de un sistema ya frágil, en el que la articulación de la logística del diésel está por verse y donde tampoco se observan incentivos concretos a la gestión de la demanda.

Cuidemos nuestro sistema y comunidad. Estamos a tiempo de corregir en parte el rumbo.

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