El economista y ex vicedirector ejecutivo del Banco Central se refiere a la paradoja que plantea el modelo neoliberal, un sistema de supuesta libertad económica donde los ciudadanos no tienen derecho a ocupar sus ahorros.

Cuando la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de ley que permite el retiro anticipado de fondos previsionales, con el objetivo de hacer frente a la crisis económica y sanitaria derivada del coronavirus, la señal fue optimista para algunos. Sin embargo, la oposición ha ido cediendo a lo que en su momento consideró “pan para hoy y hambre para mañana”.

La posibilidad de que los afiliados retiren hasta el 10% de los fondos acumulados en sus cuentas individuales, abre un flanco de optimismo entre quienes propugnan el fin de este sistema de ahorro previsional que perpetúa la precariedad de la tercera edad en la mayoría de los casos. Entre estos críticos se encuentran el economista y ex Vicepresidente Ejecutivo del Banco Central, Hugo Fazio, quien sostiene que el debate de fondo, en cuanto al retiro de parte de estos ahorros, es el eco de otra discusión más profunda y urgente.

“Se trata de una cuestión fundamental acerca de si se debe seguir considerando la viabilidad del sistema de pensiones actual desde la base de un mecanismo de ahorro forzoso que se ha apoderado de una gran cantidad de recursos de la ciudadanía”, sostiene el académico y autor de “Mapa de la extrema riqueza”.

El proceso que sigue nuevas etapas en el Congreso, no se encuentra de ninguna manera cerca de resolver un problema estructural, agrega. “Hay que acabar con el sistema de AFP y de paso hay que dar salida a un proyecto presentado en el senado que busca terminar con el Decreto Ley 3.500, que data de la dictadura y que blinda la existencia da las AFP. Si damos curso a que estos recursos pasen a ser administrados por una institución estatal, las pensiones de las personas podrían entregarse permanentemente e incluso doblarse durante la vejez”, sostiene Fazio.

Advierte a su vez sobre cómo, finalmente, estos ahorros no llegan a usarse como parte de las pensiones pues es el Estado el que termina subvencionando parte de las escasas jubilaciones. “Este debate sobre las pensiones, también es sobre una irregularidad que origina pobreza y la grave crisis política que vive hoy el país, dando pie a un fenómeno extendido de manifestaciones que evidencia un gobierno desgastado”, agrega Fazio.

Un asunto ético

Hace pocas horas, el presidente Sebastián Piñera anunció una serie de medidas en apoyo a la clase media, en medio de la discusión sobre el retiro del 10% desde los fondos de pensiones. Este “Plan fortalecido de protección a la clase media” incorpora un bono de $500 mil a quienes hayan visto mermados sus ingresos producto de la pandemia, entre otras prórrogas de pago de dividendos y contribuciones como manera de reemplazar el acceso de urgencia a los ahorros previsionales.

Sobre ésta y otras medidas, Fazio observa una paradoja: “Los hechos recientes demuestran la profundidad de la contradicción del modelo neoliberal y las propuestas de este gobierno. La contradicción de que la gente necesita esos recursos que les son propios, pero que se encuentran reservados en un fondo que no se termina de devolver jamás ni se destina al objetivo que dice tener, es decir, el de -supuestamente- mejorar las pensiones de las personas o atenderlas. Finalmente el grueso de las personas, sobre un 60% terminará siendo cubiertas por recursos de fondos fiscales a través del Aporte Previsional Solidario que entrega el Estado”, señala el académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Al igual que Fazio, la economista de la Universidad de Chile, María Luz Trautmann, señala que los matices de la discusión trascienden -por mucho- la coyuntura del salvavidas económico propuesto por el Estado. “Para mí este debate no podemos dejarlo simplemente en el plano económico, es un asunto ético. Incluso desde los propios principios neoliberales que consagran la libertad económica, los ciudadanos tendrían derecho a saber qué hacer con sus ahorros y, en ese contexto, un Estado neoliberal debe garantizar una libertad económica como la que supuestamente predica”, sostiene Trautmann, quien cuenta con una Maestría en Ciencias Sociales y mención en Desarrollo.

Plantea que, según sus propios informes, las ganancias de las empresas administradoras de fondos de pensiones han acumulado, sólo en el último año más de 18 mil millones de pesos en ganancias. El 87% de estas ganancias ocurrieron durante la temporada de pandemia, aclara. “Basándonos en estos cálculos, cualquier persona podría invertir parte de estas ganancias y adquirir algún activo o bien inmobiliario que, a su vez, se convirtiera en un patrimonio para los descendientes del actual ahorrador de las AFP”, cree la economista.

Carlos Salazar
Universidad Academia de Humanismo Cristiano

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