La pandemia del Covid-19, sumado al estallido social del 18 de octubre de 2019, nos han sacado al pizarrón a la sociedad chilena en su conjunto. Autoridades y ciudadanos, nadie puede quedar indiferente a estos hechos.

Chile y el mundo cambiaron para siempre. Si bien Chile ha tenido los últimos 30 años, una historia de retorno a la democracia, alternancia en el poder y ha sido muy exitoso en reducir la pobreza y la extrema pobreza (más del 40 % de pobreza en 1989 a niveles de pobreza de un dígito previo a estos eventos), todavía queda mucho por hacer y estos dos acontecimientos lo han dejado en evidencia.

Se han desenmascarado pobreza (quizás siempre estuvo y no la quisimos ver), marginalidad, falta de acceso a la salud, hacinamiento, abandono, inequidad, falta de igualdad de oportunidades y acceso a una red social de apoyo muy desigual entre los y las que vivimos en Chile. Tema aparte, son los inmigrantes, que han llegado los últimos años a nuestro país, buscando nuevos horizontes, una mejor calidad de vida y aportar a la tierra que los recibe. Quizás, les ha tocado sufrir más y con una red de apoyo débil este flagelo.

El coronavirus es una pandemia sanitaria para el individuo que la padece, su familia y el sistema de salud. Es una pandemia social y económica que aumentará el nivel de pobreza y desigualdad no sólo en Chile, si no que en Latinoamérica y el mundo.

Además, es una enfermedad solitaria. La cuarentena para un adulto mayor o cualquiera que viva solo, es dura. Nos muestra que debemos preocuparnos de nuestros adultos mayores. Es una enfermedad solitaria también, ya que el que es sospechoso o padece la patología, debe aislarse por razones individuales y de salud pública (evitar contagiar a otros). El que llega a un nivel de gravedad que necesita hospitalización, el aislamiento y la soledad puede ser mayor.

Las crisis sacan lo mejor y lo peor del ser humano. Como médico y funcionario público, he visto la mejoría del sistema de salud los últimos 25 años. Quedando mucho por mejorar y nunca ser auto complaciente. Tampoco sacar conclusiones apresuradas en relación al sistema de salud.

Como dijo el presidente de la sociedad de de medicina intensiva para tratar los casos graves de Covid-19, la piedra de tope no son los médicos. La piedra de tope para atender más pacientes con patología grave, son la falta de enfermeras, técnicos paramédicos, kinesiologos, por lo que liberar o suspender exámenes de convalidación para ejercer como médico en Chile, para tratar la pandemia de Covid-19 no es la solución y merece una conversación y no una decisión apresurada como lo aconsejan las autoridades científicas y académicas.

Destacar lo positivo, el trabajo 24/7 de los funcionarios de la salud, aseo y recolectores de basura, la cadena de abastecimiento de alimentos y primera necesidad, FFAA y de orden, autoridades de todo el espectro político y cargo. Todos y todas que ejercen actividades esenciales y arriesgan su salud por la gente.

También iniciativas implementadas e implementándose para conectar a los pacientes hospitalizados con sus familiares via videoconferencia a través de tablets y teléfonos inteligentes. Esto debe masificarse e idealmente estar operativo en todo el país. Para que el Coranavirus no sea una patología en soledad. Además, las iniciativas en esta materia, han sido un trabajo en conjunto de municipios, colegios profesionales, empresa privada y ciudadanos que han donado tablets.

Creo que debemos tener una actitud de unidad y pensamiento país y futuro. Sin mezquindad ni odio, para poder enfrentar a este virus que literalmente nos tiene de rodilla. La base es la prevención: Lavado de manos frecuente, distanciamiento espacial, uso de mascarilla, No tocarse ojos ni nariz ni boca, Seguir las indicaciones de la autoridad competente.

También escuchar a la mesa de expertos en salud pública y epidemiología. E incluso, pos pandemia hacer una evaluación constructiva de cómo se comportaron las instituciones de salud, seguridad, uno como individuo, la población y autoridades, para mejorar lo perfectible y estar más preparado para una nueva pandemia o crisis nacional o global.

Soy optimista, creo que deberíamos pasar esta pandemia y mejorar como comunidad. Enfrentar los errores, enmendarlos y evitar repetirlos. Tenemos una oportunidad de ser una sociedad más igual, inclusiva y robusta. No bajar la guardia porque nos quedan varios meses de pandemia y queremos que los enfermos y muertos sean los menos posibles. Nadie sobra. De nosotros depende. Es tarea de todos y todas de los que vivimos en Chile ganarla a este germen y eso se hace trabajando en equipo.

Mauricio López M.
Ex Presidente Sociedad Chilena de Oftalmología.
Médico Hospital Salvador.
Profesor Asistente Universidad de Chile.

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