Se ha popularizado la frase “la felicidad no es la meta, es el camino”, con muchas variaciones como esta: “Que no te digan que la felicidad es una meta, ni siquiera es un camino, es una forma de caminar” (Chamalú)

Si asumimos esta frase, pero la aplicamos a algo tan en boga, en discusión y debate como es la Democracia, podemos parafrasear diciendo que “La Democracia no es la meta ni el camino, es la forma de caminar”.

Si la Democracia es una forma de caminar, entonces debiéramos aplicarla en nuestra vida diaria, en la forma como actuamos, tomamos decisiones, resolvemos.

Si la Democracia es una forma de caminar, entonces la manera de “caminar” hacia una nueva Constitución definirá qué tan democrática será ésta. No será lo mismo que se defina entre cuatro paredes, a que la hagan los parlamentarios, una Convención Mixta Constitucional (mitad de los integrantes elegidos para esto y la otra mitad por parlamentarios) o una Convención Constituyente (Miembros elegidos especialmente para ésto).

En otras palabras, la forma como se elige a quienes van a redactar una nueva Constitución, si hay cuotas de género, cuotas para Pueblos Originarios, etc, y la forma de trabajar son decisiones que debieran reflejarse en el nuevo texto y en el tipo de Democracia en construcción.

Cuando distintos grupos luchan por imponerse, por ganar poder (o no perderlo), por tener privilegios, más allá de la voluntad de las personas, podemos deducir cómo será la Democracia que propondrán a través de una nueva Constitución.

Si volvemos a parafrasear, podríamos decir que “La Constitución no es la meta, será resultado de la forma de caminar hacia ella”.

Movilización Social

Si creemos en la frase inicial, y cómo la hemos parafraseado, cabe preguntarse sobre la sociedad que queremos y la forma de construirla. Cabe preguntarse si las formas de expresar las rabias, las frustraciones y las demandas, los sueños por una sociedad más justa, equitativa, etc, como las maneras de ir avanzando en ellas no serán decisivas en lo que construyamos a futuro.

Si “La Democracia no es la meta ni el camino, es la forma de caminar”, qué de lo que ha sucedido en estos meses es democrático o responde a qué tipo de democracia.

Se puede entender que un “estallido social”, o como quiera llamarse, es un reclamo urgente frente a una acumulación de abusos, algo que sucede cuando parte de la sociedad ya no aguanta más.

La pregunta es cuándo esa rabia, esa energía se transforma en una “forma de caminar” que se corresponda con la democracia que se quiere construir. Y mejor aún, cuándo y cómo cada uno de nosotros caminará para hacer de ese caminar la Democracia que cada cual busca.

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