Desde Valparaíso, Ignacio Morales nos envía el siguiente texto:

“Carta Abierta a Matías Huerta:

Siempre es agradable y le sonrió a ese Chile donde sus alumnos de 16, 17, 18, 19 años se empoderan y hacen política funcional a buscar el bienestar, a informarse y ser críticos.

Es verdad, dependiendo de nuestras experiencias, proyectos de sociedad y proyecciones futuras, estas ideas variaran. Pero en una sociedad democrática es bello ver a un gremialista de 18 años discutiendo y debatiendo con un comunista de 18.

¿Por qué?

Quizás es la Esperanza de que la política cambiará, que -de una vez por todas- se pondrá al servicio de la gente.

Me alegra que tengas una concepción gremialista -¿por qué?-, porque significa que piensas, que eres crítico, que estas constantemente informado y te has formado una opinión.

Lo que no podemos permitir es que esta lucha de ideales, se torne en violencia cualquiera esta sea. Los cargos se ganan convocando a las bases propias y por vías democráticas, así también tener el valor de reconocer una derrota y darle la mano a quien fue elegido por tus mismas bases que es a quien de verdad buscamos defender y representar: el pueblo de Chile.

Las mujeres, desde su nacimiento hasta su muerte, llevan consigo diversas batallas. Algo tan cotidiano como ver a una mujer en la universidad o votando en elecciones populares, les costó bastante sangre a nuestros antepasados.

El deber de mi pensamiento es siempre, siempre estar del lado de los oprimidos, y jamás de los opresores.

¿Puede alguien que no lo haya vivido sentir el sufrimiento de los golpes?

Esa angustia ciega que nubla los cielos azules de las personas, donde te sientes vulnerable y dependiente porque alguien decidió que las palabras no eran suficientes, algo de tu alma se rompe en ese momento y ello no es tolerable.

Sabes Matías Huerta, quiero creer en una sociedad mejor, donde el tema de parejas homosexuales no sea tema, una sociedad donde no existan golpes, donde no exista dolor causado intencionalmente a otras personas, una sociedad donde las mujeres sean libres sexual, reproductiva, social y laboralmente, es decir, en todos sus aspectos. Que se sientan libres de vivir y de soñar una vida más feliz para ellas mismas.

Siento tristeza por tu mina (o pareja si te parece inadecuada la palabra) ¿Cuál fue su gran pecado más allá de quererte a ti como persona y pretender hacerte más feliz y feliz a ella con esa relación?, ¿Por qué quisiste manchar su cielo azul lleno de sueños y esperanza a base de moretones y sumisión?

En tus acciones veo reflejado cada cosa que detesto de esta sociedad, ¿Cuántos niños muertos a golpes por sus padres?, ¿Cuántos niños abusados sexualmente por instituciones del estado que existían para apoyarlos cuando no hay padres?, ¿Cuántas mujeres sumisas a las órdenes de un hombre?, ¿Cuántas compañeras “toqueteadas”?, ¿Cuántos Compañeros desnudados y humillados luego de protestas estudiantiles?, ¿Cuántos Adultos Mayores Golpeados en Asilos?.

¿Dónde quedó tu pensamiento gremialista basado en la doctrina social de la iglesia que piensa que la dignidad de la persona humana es clave?, ¿Qué más digno que nadie venga y haga marcas permanentes en tu cuerpo?

No espero “castigarte” públicamente por ello a través de mis palabras, si no dejar hablar a mi conciencia. Que está a miles de kilómetros de ti, y aún se siente oprimida pensando que tus manos pueden hacer otra vez daño a alguien.

Tampoco espero que otros en afán de justicia y venganza te hagan lo que tu hiciste. Nunca es deseable que golpeen a alguien, Si mis letras te remueven medio pelo, así como a todo aquel que ejerce la violencia, sentiré que el propósito de esta carta se cumplió”.

Ignacio Morales
19 Años
Valparaíso

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