Preocupación causaron las cifras del Departamento del OS9 de Carabineros que registraron un alza del 34% en lo que va del año en los homicidios, donde se alertó por los denominados “ajuste de cuentas”.

La información volvió a instalar en el debate público la modificación a la ley de control de armas, la que se tramita hasta dos años.

Para conocer cuán fácil es acceder a un arma y las medidas que se requieren para establecer el origen de cada una y sus municiones, Expreso Bío Bío conversó con el presidente de la Asociación Nacional por la Tenencia Responsable de Armas (ANTRA), Cristián Gamboa.

Según informó en el país “no es fácil tener un arma, es bastante complejo y caro, porque tienes que tener una cotización de la armería que te va a vender el arma; con eso tienes que ir al psiquiatra y él dé fe que estás apto que puedes tener un arma de fuego; con eso van a la autoridad fiscalizadora a pedir hora para una prueba de 100 preguntas, de las cuales deben aprobar el 70%, y durante eso se hace toda la corroboración de tus datos”.

Tras aprobar todo eso, recién puedes obtener el permiso para tener un arma. Proceso que demora hasta un mes y medio.

Lo anterior tiene relación con las personas que hace el proceso legal para adquirir un arma de fuego, pero un número importante del armamento viene del mercado negro.

Ante eso, Gamboa manifestó su preocupación porque en manos de delincuentes y narcotraficantes se ven armas caras, “ninguna de esas baja de los 900 mil pesos en el mercado nacional y no están saliendo de armerías. De alguna parte están saliendo”.

“No sabemos si están o no saliendo de los cuarteles, lo que sí sabemos, porque hay pruebas de eso, que están entrando de pasos ilegales o dentro de conteiner escondidos en los puertos del país”, agregó.

Asimismo precisó que el proyecto para modificar la ley de armas no incluye, por ejemplo, no se aumentan los controles en las instituciones para evitar que salgan de ahí, solo contempla mayores prohibiciones para que la gente común la obtenga.

Informó que como asociación han “pedido que se marque la munición, especialmente la de las instituciones. Gris a los militares, azul a los marinos, verde a carabineros, celeste a aviación y amarillo a la PDI, para que cada vez que encuentren cajas de municiones vas a saber de quién era”.

También criticó la labor del Estado, al afirmar que debería estar abocado en evitar que las armas lleguen a las calles. “Cada vez que alguien muere por una bala loca en una población, es porque el Estado no pudo evitar ese hecho, no porque nosotros tengamos armas”.

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