No debo ser el único que echa de menos alguna referencia cultural, por mínima que sea, en los debates presidenciales, algo así como: ¿piensa usted incrementar o al menos sostener los recursos asignados a las Orquestas Sinfónicas Juveniles e Infantiles (FOJI)?; ¿cuántas bibliotecas públicas considera implementar en los medios rurales de escasos recursos?; ¿estaría dispuesto a que las estaciones de trenes abandonadas se pueden convertir en centros culturales?; ¿cree que debe haber un IVA diferenciado para el libro?, etc.
La cultura no figura en los debates presidenciales. El espacio que describe está vacío y ahogado. Ahí no hay nada sobre lo que preguntar. Las imágenes que nos convocaban han sido borradas, las reflexiones urdidas por generaciones tachadas, la producción cultural se estima en los hechos una actividad privada que no atañe al colectivo.
Entonces, ¿va a ser Google quien nos dará el sentido por el que va a transitar lo que queda de la historia de Chile?, ¿es una reunión de CEOs de grandes transnacionales quienes fijarán el horizonte por imaginar?, ¿es Tik Tok la plataforma desde la cual se deberá exhibir Chile –mostrando no sé qué- por un máximo de 60 segundos para decir que existe en el orbe de aquí en adelante?
Me llamó la atención cuando la precandidata Jeannette Jara en un debate en la U. de Santiago dijo: “Aquí uno puede decir harta poesía en política: puede decir ‘Santiago no es Chile, la Región Metropolitana tampoco, tenemos que descentralizar’. Pero la verdad es que a la hora de entregar poder es cuando se produce el problema”. El tema es que la poesía y los poemas (en tanto conocimiento) formaban parte del acervo más distinguido del PC encarnado en esas figuras insignes que fueron De Rokha y Neruda, por ejemplo, quienes aliaron poesía y política de manera tan seria y comprometida que sólo basta revisar sus publicaciones para constatar la lectura que practicaron de la sociedad chilena, y aun continental, en que se empeñaron esas vidas y obras. Obviar o tratar livianamente ese aporte es sorprendente.
La paradoja loca, exhibiendo un momento en que todo está patas pa’arriba, es que hace unos días en una cena de gala en el Castillo de Windsor, Trump le decía solemne al rey de Inglaterra: “somos dos versos de un mismo poema” (plop). El lugar donde se suponía había una herencia para usar, ha sido liquidado; y a quien podemos sospechar en un uso cínico, no se amilana y aprovecha lo que no tiene o parece impropio.
Pero la separación, por múltiples factores, se ha consumado. Los escritores encarnaban una veta, una voz no oficial, resguardaban hechos proscritos, formaban opinión, exhibían un sentido relacionado con nuestra historia. Es ampuloso pero el libro póstumo de Carlos Pezoa Véliz se titula Alma chilena, es decir, había una aspiración a representar un algo común. El legado político-cultural de la generación de 1920 en torno a la revista Claridad (el poeta José Domingo Gómez Rojas como cuerpo presente de esas batallas) ha sido todo un mensaje proactivo para las generaciones venideras donando un discurso espeso que no se puede licuar.
Por anotar un par de casos “mínimos” provenientes de la cultura en relación a la política universal: es la megaimagen que impuso Dickens en su obra literaria en torno al problema y los alcances del tema educacional que el asunto se hizo sensible y obligatorio en los asuntos públicos; la distopía 1984 de Orwell es el horror que retrata los sistemas totalitarios y la abolición de las garantías democráticas en una rotativa impune de fake news.
Finalmente, he elaborado estas preguntas mínimas a los candidatos/as para que podamos oír en sus respuestas lo que todavía no refieren. Sus respuestas nos describirán mejor sus mundos interiores:
José Antonio Kast: ¿Podría recomendar algún libro de la periodista Patricia Verdugo?, expláyese.
Jeannette Jara: ¿Qué opina del libro Archipiélago Gulag, de Alexander Solzhenitsyn?, expláyese.
Evelyn Matthei: ¿Hay algún párrafo que le haya llamado la atención en las Conversaciones con Arrau, de Joseph Horowitz?, expláyese.
Franco Parisi: ¿Qué comentarios le merece la obra de Olegario Lazo?, expláyese.
Johannes Kaiser: ¿Qué le parece Definición y pérdida de la persona, de Eduardo Anguita?, expláyese.
Harold Mayne-Nicholls: ¿Qué considera del libro Elogio de la bicicleta, de Marc Augé?, expláyese.
Marco Enríquez-Ominami: ¿Podría desarrollar un comentario de “El hombre imaginario”, de Nicanor Parra?, expláyese.
Eduardo Artés: ¿Qué le dice Rebelión en la granja, de George Orwell?, expláyese.