La Congregación de los Sagrados Corazones informó mediante un comunicado publicado en su sitio web con sede en Roma el fallecimiento del sacerdote Gerardo Joannon Rivera a la edad de 88 años.
“El Padre Gerardo, de 88 años, murió el 4 de septiembre de 2025 en Santiago (Chile). Entró en el noviciado en 1956 y profesó el 31 de marzo de 1957 en Los Perales (Chile). Fue ordenado sacerdote el 21 de julio de 1963 en Santiago (Chile). Que descanse en paz en el amor de los Sagrados Corazones“, se lee en el breve comunicado.
Fuentes de La Radio precisaron que el velatorio de Joannon Rivera se realiza en la casa provincial de la Congregación, ubicada en la calle Domingo Faustino Sarmiento, comuna de Ñuñoa.
La trayectoria de Joannon estuvo marcada por graves polémicas que trascendieron su labor pastoral. Su caso salió a la luz pública en 2014, cuando investigaciones periodísticas revelaron su participación en una red de entrega clandestina de menores durante las décadas de 1970 y 1980.
Gerardo Joannon, un legado de controversias y acusaciones
De acuerdo con un reportaje de Ciper de 2014, Joannon actuaba como intermediario entre familias de jóvenes embarazadas—muchas de ellas adolescentes—y médicos que facilitaban las adopciones irregulares.
En varios casos, se engañaba a las madres biológicas, afirmando que sus hijos habían nacido muertos, cuando en realidad eran entregados a otras familias. Uno de los médicos implicados fue el ginecólogo Gustavo Monckeberg Barros.
El propio Joannon admitió ante la Policía de Investigaciones (PDI) haber tenido conocimiento de al menos cuatro casos de adopciones irregulares. En esa línea, reconoció que su participación directa variaba desde dar consejos hasta facilitar contactos con médicos. La investigación judicial, liderada por el ministro Mario Carroza, se sobreseyó en 2015 debido a la prescripción de los delitos, ya que los hechos ocurrieron entre 1975 y 1983.
Aunque el Vaticano determinó que no había delito canónico, la Congregación de los SS.CC. reconoció su participación activa y lo sancionó en 2014.
Además de las adopciones irregulares, Joannon enfrentó acusaciones de abuso sexual. En 2019, una mujer de 46 años lo denunció por abusos ocurridos cuando ella tenía entre 8 y 12 años, durante su preparación para la primera comunión.
La defensa, las justificaciones y la sombra de la impunidad
Según su testimonio, Joannon la habría obligado a actos sexuales bajo la excusa de que “la acercaban a la santidad”. Estas acusaciones se sumaron a las ya existentes y profundizaron la desconfianza hacia su figura. La postura pública de Joannon fue ambivalente respecto a las adopciones; mientras admitía cierto rol, justificaba sus acciones.
En entrevistas, declaró que “yo ayudé a que no murieran niños y ahora se legisla para matarlos”, refiriéndose en ese entonces al proyecto de despenalización del aborto en tres causales. Sin embargo, también minimizó su responsabilidad, afirmando que solo facilitaba contactos y que nunca recibió dinero por ello.
En sus últimos años, Joannon vivió en una casa de la congregación en Ñuñoa, prestando servicios de enfermería sin encargos pastorales relevantes.