Integrantes de la comisión de Gobierno Interior y diputados de Renovación Nacional anunciaron un proyecto de Ley que modifica la manera como se hace los procedimientos para el cambio de nombres de calles y plazas; pero, además, deja sin efecto los cambios dentro del año previo.
Miguel Ángel Becker, Bernardo Berger y María Luisa Cordero, integrantes de la comisión de Gobierno Interior, y diputados de Renovación Nacional anunciaron un proyecto de Ley que modifica los procedimientos para cambiar los nombres de calles y plazas; pero, además, deja sin efecto los cambios dentro del año previo.
La iniciativa se da en el contexto de las polémicas que generó la controvertida propuesta de la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler y que fue aprobada por el consejo municipal, sobre renombrar a ocho calles, tres plazoletas y un puente con motivo de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado. Lo cual fue criticado por los concejales de oposición que alegaban falta de consulta a los vecinos afectados. Estos últimos, incluso, se manifestaron.
Los diputados de RN argumentaron que actualmente solo se requiere de “un informe del consejo comunal de organizaciones de la sociedad civil más una mayoría simple del concejo municipal” para que bienes nacionales de uso público dependientes del municipio sean renombrados. Sin embargo, en el cambio normativo propuesto se requerirá un acuerdo de dos tercios de los concejales en ejercicio, previa solicitud de quienes representan a lo menos el 50% de los propietarios de los inmuebles o por firmas de vecinos residentes de la comuna que representen a lo menos el 10% de los ciudadanos que sufragaron en la última elección municipal.
El diputado Miguel Ángel Becker, por ejemplo, aseguró que “hay calles y plazas que tienen nombres para conmemorar hitos y personajes históricos, o incluso para honrar a los ancestros de comunidades que han sido un aporte para Chile, y eso no se puede borrar de un plumazo por la agenda política de una mayoría circunstancial. El caso de Santiago es particularmente grave porque sus calles y plazas son más que centenarias”.
Por su parte, Bernardo Berger que “los vecinos de una comuna no pueden estar a la deriva de las pasiones de un alcalde o de una mayoría de turno. Las comunidades deben tener más participación en este tipo de decisiones, particularmente quienes habitan las calles o residen en la comuna donde se encuentran plazas y parques que van a renombrar”.
“El procedimiento actual para renombrar calles y plazas no da garantías a los vecinos y a quienes realmente se ven afectados con ello. En Santiago hemos visto seguramente el uso más abusivo de esta herramienta, la que de seguro será una nueva fórmula con la que se buscará borrar siglos de historia republicana, mucha de la cual se aloja en las calles y plazas de la comuna de Santiago. El Partido Comunista no puede reescribir la historia de nuestra comuna apelando a una debilidad normativa, y por eso presentamos este proyecto”, afirmó la diputada María Luisa Cordero.
Para el diputado Juan Carlos Beltrán, “hablar de democracia es escuchar a los vecinos y respetar la voluntad soberana, es decir, permitirles que puedan expresar su opinión. Yo quiero recordar a las autoridades electas que para lograr ocupar los cargos que hoy tienen recurrieron a los vecinos, solicitando su voto, su apoyo; hoy es el momento de responderles y permitirles que participen y sean escuchados”.
“Se deben dar herramientas de participación a quienes son verdaderamente afectados por una decisión de esta naturaleza, esto es, quienes habitan y residen en las calles cuyo nombre será modificado, aumentando igualmente el estándar de exigencia de la decisión política del concejo municipal”, sentencia el escrito.