El exministro de Salud, Jaime Mañalich, se refirió a la pugna entre el Minsal y Estacio Riesco por el no pago de más de 2.900 millones de pesos por el denominado Centro Hospitalario Huechuraba en el marco del combate de la pandemia.

El gerente del recinto cuestionó el rol del Gobierno, calificándolo de errático y poco serio, y afirmó que se ha sentido engañado por el Misal.

Ante la polémica, Mañalich detalló en Sonar FM que “en ese caso en particular, hay dos contratos, uno primero fue evaluado y pagado casi en su totalidad ya, $200 millones, por un primer contrato a través de la subsecretaria de Redes Asistenciales, y después el concesionario presentó un segundo contrato al Servicio Salud Metropolitano por servicios complementarios que nosotros estimamos que estaban ya comprometido en el primer contrato y de hecho el contralor estimó que ese contrato era ilegal y eso quiere decir que no se puede pagar”.

“El contralor dijo que es ilegal el segundo contrato y es imposible que el Estado lo pague, porque si alguien lo paga comete un delito”, recalcó.

Agregó que “del primer contrato, el legítimo, se deben 200 millones de pesos, es lo que yo recuerdo, podrían haberse pagado ya, no estoy al día. El segundo contrato no existe en cuanto la Contraloría dijo que era ilegal”.

Incluso, precisó que el parámetro establecido desde la presidencia se estableció que no se pagaría más de 0,2 UF por metro cuadrado.

Por ello, criticó que – por ejemplo – alguien que “tiene un hotel, que se usa para residencias sanitarias, no puede pretender cobrar cuando el hotel está vacío, cuando no tiene ningún cliente, no puede pretender cobrar lo mismo”.

Explicó que lo que se está haciendo es pagar el costo marginal, o sea, cuánto constaría atender en una pieza a una persona que está en residencia sanitaria por covid-19.

Que haya alguien que pretende que se le pague lo mismo que si se hubiera arrendado esto para un evento de una empresa, o un matrimonio, o lo que fuere, bueno, es una pretensión interesante”, consideró.

En la instancia descartó sentirse arrepentido del arriendo del recinto porque “necesitábamos espacios para atender personas con secuelas covid prolongadas, personas que dependen de oxígeno todavía, que habían estado con respirados (…) La decisión de tener esta reserva, que de hecho se usó parcialmente, fue muy oportuna para varias de las unidades de tratamiento intensivo de los hospitales”.

Finalmente criticó el tono y actuar del gerente de Espacio Riesco, a quien calificó de lobbistas y de distorsionar la realidad. “Encuentro impresionante que este empresario haya logrado poner la música para su interés personal en todos los medios de comunicación y que los medios hayan caído en la trampa de hablar de sus intereses y transformarse en empresas cobradoras del Estado”.