El 29° Juzgado Civil de Santiago condenó a un centro pediátrico capitalino a pagarle una indemnización a los padres y un menor de 10 años que sufrió una infección intrahospitalaria tras someterse a una intervención quirúrgica correctiva.

El menor se sometió el 12 de enero de 2017 a una intervención quirúrgica por una malformación congénita en su oreja izquierda. De acuerdo al fallo, luego de la operación se le hizo un cambio del drenaje en la sala de preparación y no en el pabellón.

“Circunstancia que puede explicar el proceso infeccioso cursado por el paciente, por cuanto implicó una apertura de la herida y la exposición del marco cartilaginoso que había sido colocado en la zona de la oreja izquierda, estimándose que una actuación de esa naturaleza debió efectuarse en el pabellón o en una sala de procedimientos habilitada”, se indicó en la resolución.

Debido a esta infección, al menor se le realizó un aseo quirúrgico el 19 de enero, siendo dado de alta dos días después con un drenaje instalado y la orden de administrar y cuidar dicho elemento en su hogar. Sin embargo, el fallo sostuvo que “tales manejos debieron ser realizador por personal de enfermería capacitado o por la médico tratante”.

Luego, el 26 de enero, debió entrar nuevamente a pabellón porque la infección continuaba. “Se extirpó el marco cartilaginoso que había sido colocado en la zona de la oreja izquierda (…) para luego guardar dicho tejido vivo en un bolsillo abierto en la zona abdominal, donde fue alojado. La extirpación aludida da cuenta clarísima del fracaso de las dos intervenciones anteriores, así como del tratamiento medicamentoso”.

Esta última operación fue catalogada por el tribunal como de “la mayor gravedad”, debido a que “la decisión adoptada por la profesional a cargo e implementada en dicho procedimiento, de alojar un tejido vivo extraído desde un lugar infectado, bajo la zona abdominal” generó un contagio que agravó al menor.

“Esta tercera intervención provocó una cuarta, puesto que, como era previsible, debió retirarse de la zona abdominal el marco depositado, por haber causado un nuevo proceso infeccioso e inflamatorio, esta vez, cerca de las costillas”, aseguró el fallo.

De esta manera, el hospital pediátrico Roberto del Río deberá pagar una indemnización de más de $8 millones por daño emergente y de $60 millones por daño moral que se repartirá entre el menor y sus padres.