Desde el departamento de Extranjería y Migración analizan medidas para que los extranjeros que lleguen a Chile barajen opciones distintas a Santiago como opción para residir.

Los números son claros en retratar que la mayoría de los migrantes se han quedado en la región Metropolitana. De los más de 1 millón 200 mil que se encuentran en Chile hasta diciembre de 2018, 700 mil se encuentran en la capital, según consignó La Tercera.

El flujo migratorio continúa aumentando, por ejemplo, de ciudadanos venezolanos. Desde el Gobierno creen como probable que crezca el número de personas que decida venirse a Chile desde Venezuela ante la continuidad de Nicolás Maduro en el poder, considerando que mañana se cumplen 4 meses de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente encargado.

Un dato para estimar la cantidad de extranjeros en Santiago tiene relación con el número de peticiones para avisas definitivas.

El jefe de Extranjería y Migración, Álvaro Bellolio, indicó que “mientras más se siga concentrando la migración en Santiago, eso genera pérdidas importantes de oportunidades y productividad. Gran parte de los migrantes que llegan trabajan principalmente en áreas de servicio, en temas de emprendimiento, en agricultura, en construcción y otros, y creemos que hay potencial importante en regiones”.

También están las llamadas “cifras negras”, considerando que en la práctica, hay más personas de las que registran los datos oficiales. En este punto, hay 155.655 inscritos para el proceso de regularización extraordinaria, de los que 87 mil son de la capital.

“El Estado ha sido muy pasivo respecto a las migraciones. Siempre ha sido reactivo, y una vez que ya se generan las concentraciones o los flujos, tiende a tomar medidas”, dijo Bellolio.

Ante esta concentración, el Gobierno lanzó el plan piloto de Visa Temporaria de Oportunidades Laborales, que priorizaba a los extranjeros que preferían regiones extremas.

En el norte, por ejemplo, a las ciudades de Arica y Parinacota, Tarapáca y Antofagasta llega gran número de bolivianos y haitianos, llamados entre otras cosas por el clima y sectores productivos.

Sin embargo, de los 3 mil cupos habilitados por el Ejecutivo, solo 2 mil se llenaron.

Bellolio apunta a “generar incentivos y trabajar con los gobiernos regionales, con asociaciones de empresarios locales, con la subsecretaría de Desarrollo Regional” para que los migrantes desconcentren Santiago, donde está llegando la mayoría de migrantes venezolanos.

Uno de los incentivos podría ser impulsar subsidios a la vivienda en algunas zonas del con menor densidad geográfica. Otros relacionados al empleo tienen un contrapunto.

Desde el Gobierno calculan que de cada 100 extranjeros que llegan a Chile, 45 optan por irse a regiones, pero de ese número 12 retorna a Santiago en los primeros dos años ante un mejor trabajo.

“Hay que preguntarse qué más podemos hacer para facilitar la inclusión laboral. Por ejemplo, con la convalidación de títulos, el desarrollo integral, la visibilización de oportunidades laborales, y también las oportunidades para el desarrollo como familia de muchos extranjeros que buscan una mejor calidad de vida”, evalúa Bellolio.