La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó la sentencia que condenó al Servicio de Salud Metropolitano Occidente a pagar una millonaria indemnización por la falta de servicio del Hospital San José de Melipilla que causó la muerte de un neonato en 2011.

En un fallo unánime, la Novena Sala del tribunal de alzada confirmó la sentencia, y de esta manera estableció que deberán pagar una indemnización de $80 millones por el errático y tardío manejo de un embarazo de alto riesgo.

La mujer se enteró en mayo de 2010 que estaba embarazada, por lo que acudió a controles médicos al Cecof Padre Demetrio Bravo donde le informaron que tenía 10 semanas de embarazo, según el registro de su último periodo. Tras esto asistió a todos los controles correspondientes.

Sin embargo, en agosto de ese mismo año la matrona le indicó que tenía 16 semanas y en el Centro Médico Barros le señalaron que tenía 18 tras una radiografía.

Tras el paso de los meses y su embarazo, en diciembre debió ir al Hospital San José de Melipilla porque los movimientos del feto se habían vuelto lentos y escasos, por lo que fue controlada y enviada a su casa. Sin embargo, a fines del mismo mes debió volver por estar con diarrea, vómitos y dolores abdominales, por lo que le indicaciones para el malestar estomacal.

El 5 de enero -con 39 semanas según su último periodo y 42 semanas según la ecografía- volvió al recinto debido a que estaba con dolores y sangrado. Estos síntomas siguieron hasta el 8 de enero, cuando tras unos exámenes confirmaron que el feto estaba muerto.

La matrona señaló que tenía 43 semanas, pero en la ficha médica se consignó que tenía 40 semanas de embarazo y que el fallecimiento se produjo por asfixia intrauterina por falla placentaria.

En el fallo se estableció que existieron una serie de hecho que permiten determinar que existió una falta de servicio. “El Servicio de Salud Metropolitano Occidente, a través del Hospital San José de Melipilla, no otorgó a su usuaria la atención de salud requerida de manera eficiente y eficaz, por cuanto reaccionó en forma errática y tardía, ante un embarazo de alto riesgo”, se indicó.

A esto se añadió que “existe una falta de servicio evidente y directa, puesto que el equipo médico del mencionado centro hospitalario no reaccionó adecuadamente ante dificultades evidenciadas en los días previos al parto de la actora, toda vez que la constatación de síntomas inequívocos de sufrimiento fetal”.