Entre 3 a 15 años de presidio efectivo recibieron los nueve acusados de participar en secuestros y robos con intimidación realizados durante el año 2016 en la región Metropolitana, y que terminaron con una mujer herida a bala luego que la abandonaran cuando su familia no pudo pagar el rescate.

Los inculpados de estos hechos fueron detenidos en 2017, oportunidad en que el juez de garantía señaló que deberían permanecer en prisión preventiva por ser un peligro para la sociedad.

Durante el periodo de investigación, la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE) de la PDI en conjunto con la Fiscalía Centro Norte realizaron las pericias respectivas y se entrevistaron a las víctimas, las que en algunos casos no reconocieron a sus victimarios. Según el ente persecutor, esto habría ocurrido por miedo.

Aun así, la Fiscalía señaló estar satisfecha con el veredicto condenatorio que dejó a los más peligrosos de la banda cumpliendo 15 años de cárcel, a otros 10 años y el caso con menos condena a 3 años. Este último por poseer un arma de fuego cuando fue detenido .

El fiscal Roberto Alarcón detalló que fue un caso complejo, considerando que el tribunal desestimo algunos de los delitos imputados.

La condena configuró un duro revés para la defensa de los condenados, cuyos abogados señalaron que las pruebas entregadas por la Fiscalía fueron un montaje amparado en el miedo de las víctimas a no querer reconocer a los victimarios. Ante esto, aseguraron que apelarán a la decisión.

Así lo señaló el abogado defensor de parte de los condenados, Alejandro Alegría, quien aseguró que todo el proceso estuvo mal desarrollado.

Algunos de los condenados ya han cumplido mas de 500 días en prisión preventiva, lo que se les conmutará según la condena que hayan recibido.