Una médico ganó una demanda de tutela laboral presentada en contra de la clínica Hospital del Profesor, acusando ser víctima de acoso sexual por parte un superior.

La profesional, de iniciales G.W. y de 29 años, recurrió a la justicia tras haber sido despedida, según su empleador, por continuas ausencias. Sin embargo, ella acusó que el despido ocurrió 10 días después de que su jefe se enterara que era lesbiana y que había firmado el Acuerdo de Unión Civil (AUC).

Tal como informó La Segunda, la demanda apuntaba a su superior, el jefe de pacientes críticos del centro asistencial, E.E. (60), a quien acusó de enviar mensajes y memes sexistas dentro de un grupo de WhatsApp con médicos a su cargo destinado a informar la situación de los pacientes y donde ella era la única mujer.

Allí el profesional, según la demandante, compartía fotografías con los siguientes mensajes: “Los huracanes tienen nombre de mujer porque llegan húmedos y salvajes, y cuando se van te dejan sin casa, sin coche y hasta sin hijos”; “Rifa para el Día del Padre. Hielera y 57 kilos de carne”, junto con la foto de una mujer escotada y un cooler; y “El hombre es exitoso cuando el whisky que bebe es más viejo que la mujer que se come… Revista Forbes”.

La situación no terminaba ahí, ya que la médico residente también dijo recibir mensajes privados de parte de su superior.

“Alguien la vio ayer… quedó loco!”; “Ud. irradia seguridad / Cualquier hombre con experiencia se da cuenta” ; “Un hombre con experiencia no se va a asustar con ud pero puede no querer afectar su vida por algo maravilloso sin futuro”; “Dra. ud. SIEMPRE debiera anda con taco alto”; y “Qué bueno dra. Por eso es mi favorita / Lejos la más linda de los residentes de Santiago / Y más trabajadora” son algunos de los mensajes, que muchas veces quedaban sin respuesta según consignó el vespertino.

Incluso, ante un mensaje de ella sobre la cena de la clínica, él le respondió “Según como sea el vestido. Y si manda un avance, tal vez pueda conseguirle un reemplazante y ser más cariñosa con el jefe… broma!”.

El caso fue resuelto la semana pasada por el juez Álvaro Flores, del Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago, obligando a la clínica a pagar $86.357.000 a la demandante por “vulneración a los derechos fundamentales ejecutando actos reiterados de acoso sexual y discriminación en razón de su condición de ser mujer”.

Flores sólo falló de acuerdo a los mensajes de WhatsApp, ya que la víctima no alegó contacto físico, y abordó la situación invocando tratados internacionales como la Convención de las Naciones Unidas sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

En el fallo, el juez consideró acreditado el acoso sexual y también una cultura institucional “en la que unos reproducen estereotipos degradantes, concepciones y formas de razonamiento que se manifiestan como violencia y trato discriminatorio”.

Igualmente, destacó que los otros médicos “toleran, interactúan, posibilitan y reproducen el escenario degradante en que se manifiesta la dualidad de poderes que se despliega”.

Si bien la clínica se defendió indicando que la denunciante nunca alegó ni se manifestó incómoda ante los mensajes, para Flores su silencio no se podía interpretar como una aceptación, considerando además que ella sólo respondía a E.E. cuando le hablaba temas laborales.

“No puede desprenderse de ese silencio que no haya incomodidad, rechazo o contrariedad, porque es una relación desigual, asimétrica, donde ella tempranamente ya conoce además la concepción que exhibe su jefe sobre las mujeres“, se consignó en el fallo.

Por último, la clínica también sostuvo que el despido se produjo por sus continuas ausencias. En esa situación, el juez se aseguró de que entre la fecha del AUC y de su despido pasaron 20 días, pero que igualmente el contexto de abuso sostenido “hace ineficaz el reproche patronal sobre sus ausencias, pues el empleador está en manifiesta posición de incumplimiento contractual al obrar su propia jefatura como agente agresor”.