La crisis en el Servicio Nacional de Menores (Sename) está con repercusiones en diversos hospitales de la región Metropolitana, debido a que equipos médicos han revelado enfrentar una serie de problemas en la atención de niños derivados de estos centros, no sólo por infraestructura, sino también por agresiones.

A partir de la muerte de Lissette Villa, los niños y adolescentes que padecen crisis de origen psiquiátrico son derivados a los hospitales pediátricos del país, aumentando de esta forma la demanda por consultas y recargando la atención de los centros de salud.

Esta situación fue advertida por el presidente de la Federacion de Trabajadores (Fenats) del Hospital Roberto de Río, Carlos Ortiz, quien afirmó que los recintos no cuentan con la capacidad para recibir el gran aumento de demanda que han experimentado y que esto ha conllevado una sobrecarga y estrés en el personal.

Esta situación se repite en el Hospital San Borja. Patricia Urrutia, encargada de la unidad de Salud Mental infanto-juvenil del servicio de neurosiquiatría, consideró que las consultas ambulatorias que se entregan en hospitales no atacan el problema de fondo que afecta a los menores del Sename y, por ello, se hacen insuficientes.

La ministra de Salud, Carmen Castillo, adelantó que junto al Ministerio de Justicia están trabajando en un protocolo de atención de los niños derivados desde esa institución, que estará disponible a nivel nacional.

Según cifras del Ministerio de Salud, más de 180 menores del Sename han recibido atención de salud del tipo oftalmológicas y psiquiátricas, incluso se ha priorizado sus atenciones en las listas de espera.