La próxima semana se espera la llegada de 70 refugiados sirios provenientes de El Líbano que vivirán en diferentes comunas del país.

La llegada se producirá a primera hora del 12 de octubre cuando aterricen en el Aeropuerto de Pudahuel, esto tras sortear un acucioso análisis y estudios de los postulantes al Programa de Reasentamiento de Refugiados Sirios, organizado por el Estado de Chile.

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Se trata de 36 adultos (19 hombres y 17 mujeres) y 34 niños (18 hombres y 16 mujeres), divididos en 15 familias. Ocho de ellas vivirán en Macul y siete en Villa Alemana. Las viviendas donde vivirán ya están definidas y se trabaja en equiparlas con todo lo básico.

Además, se les realizarán clases de español para que tengan una rápida adaptación al país y se agilizarán los trámites respectivos para obtener cédula de identidad, para que tengan acceso a los servicios del Estado.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se hará cargo del traslado, orientación y temas médicos antes de su partida de El Líbano.

El coordinador general del Programa, Alfredo del Río, explicó a través de un comunicado de prensa que “los reasentados llegarán a un país preparado para entregarles seguridad, acogida y apoyo para que puedan tener una nueva vida”. Además, indicó que su presencia “presenta un desafío para la sociedad chilena para mostrar la solidaridad de los chilenos que le tienden una mano a un pueblo que ha sufrido una cruenta guerra civil”.

Luis Berríos, secretario de la Vicaría Pastoral Social Caritas del Arzobispado de Santiago (entidad mandatada para ejecutar el programa durante sus dos años de duración), agregó que los refugiados serán recibidos “con un espíritu de acogida, de verlos como hermanos, para que se sientan bienvenidos en nuestro país, desde el momento que bajen del avión, ese es el desafío principal que tiene el Programa. La idea es acoger a los refugiados sirios e integrarlos plenamente”.

Finalmente, Delfina Lawson, jefa nacional de la Agencia de la ONU para los Refugiados, aseguró que “es importante recordar que estas familias, constituidas casi en un 50% por niños y niñas, son refugiadas debido a que escaparon de las consecuencias directas de una guerra y la violencia. Son sobrevivientes y cualquiera de nosotros podría estar alguna vez en sus zapatos”.