Una estudiante de la Universidad Diego Portales (UDP) acusó al plantel a través de redes sociales de no responder de manera adecuada a un accidente que vivió en uno de los ascensores de su facultad.

Se trata de Carol Cañas Errázuriz, quien acusa al plantel de “no velar por la seguridad y bienestar de sus estudiantes y trabajadores”. Esto, tras una serie de complicaciones que ha tenido en salud tras sufrir un accidente en uno de los ascensores de la Facultad de Salud y Odontología, donde cursa la carrera de Tecnología Médica.

El hecho principal se remonta al 11 de abril, día en que Carol junto a otra joven se suben al ascensor de la Facultad de Salud y Odontología, donde quedaron atrapadas por unos minutos con el elevador detenido.

Tras esto, según relató a BioBioChile, el ascensor descendió de forma brusca hasta el piso -3, donde chocó con el suelo del edificio. En ese momento, denunció que los citófonos del ascensor no funcionaron. Sin embargo, al par de minutos el elevador habría empezado a subir y bajar sin control, por lo que llamó a un compañero para solicitarle ayuda.

Debido a la gestión del compañero, quien fue en búsqueda de los guardias, finalmente pueden salir después de 20 minutos.

En total estuvimos 20 minutos adentro, encerradas y angustiadas pues el ascensor después de la caída siguió subiendo y bajando durante todo el tiempo, haciendo ruidos horribles que hasta el día de hoy me persiguen en pesadillas”, relató en su denuncia en Facebook.

Reacción de la universidad

Pero si el episodio ya había sido traumático por sí solo, la joven acusó que la reacción del plantel fue aún peor. Una vez afuera del ascensor los guardias les habrían dicho que volviera a clases, pero Carol se dirigió hasta la oficina de la jefe de Emergencias, Valeska Fredes.

“Pese a tener un convenio con HELP, no se justifica usarlo pues no te veo sangre ni huesos rotos”. Según relató la estudiante, con esas palabras la autoridad universitaria le habría negado la prestación del servicio.

Ante la negativa, la estudiante le habría reiterado que necesitaba ser revisada por algún especialista debido a que sentía dolor en sus tobillos y piernas.

“Me dice que vaya a pedirle un papel a la paramédico de la universidad ‘por si me dolía algo al otro día’. A lo que yo me negué y pedí que la trajeran hasta el edificio para examinarme, a lo que me responde, y vuelvo a citar textual: “Bajaste caminando seis pisos después de la caída, perfectamente puedes caminar dos cuadras hasta donde la paramédico”, denunció la joven.

Luego de conversar en reiteradas ocasiones con la paramédico, el Consejo de Escuela y el prevencionista de riesgos, quien se habría burlado de la estudiante y reconocido que no contaban con protocolos, la universidad posibilitó la oportunidad de acceder al convenio que mantienen con Clínica Dávila, donde debieron llegar en Uber, ya que la universidad no se hace cargo del traslado.

El diagnóstico fue de policontusiones y esguince cervical, además de estrés post traumático severo y trastorno adaptativo y fobia, secuelas que la obligaron a congelar este año académico y dejar de trabajar.

Al diagnóstico inicial se sumó la fractura de Labrum de cadera, lesión por la que tuvo que realizar 40 sesiones de kinesiología para disminuir los dolores y se encuentra a la espera de los resultados de una resonancia para conocer si necesitará someterse a una intervención quirúrgica.

Versiones contrapuestas

Carol comentó a BioBioChile que la universidad sólo contribuyó con la devolución de algunas consultas médicas y algunos medicamentos. Luego de solicitar en reiteradas ocasiones mayor apoyo de la universidad se reunió con la directora jurídica de la universidad, Penélope Tapia.

Tapia le habría solicitado firmar una carta en la que se se compromete a que si aceptaba el pago de los gastos que llevaba hasta ese momento, que bordeaban los 500 mil pesos, no ejercería acciones legales contra el plantel, no se referiría accidente y le quitaría responsabilidad a la casa de estudios.

Hecho que fue desmentido por Ximena Palma, secretaria general de la UDP, quien aseguró que no se le solicitó firmar ningún documento a la estudiante y que la universidad sigue abierta a negociar.

A pesar de estas diferencias, a las que se sumaban los distintas versiones sobre si había posibilidad de llegar a un acuerdo entre ambas partes, considerando que la denunciante acusó al plantel de dar por cerrada esta opción, mientras que desde la universidad aseguraron a este medio que se encontraban en “negociaciones”, la estudiante informó que tras nuevas conversaciones realizadas el 7 de septiembre, habrían retomado el diálogo para el apoyo a los problemas de salud que aún arrastra debido al accidente.

No hubo acuerdo

Pese a la intención de llegar a un acuerdo extrajudicial, las conversaciones volvieron a fracasar, según comentó la estudiante.

Carol comentó que “definitivamente rechazaron todo”. Asimismo, comentó que pese a que Ximena Palma le habría comentado a sus abogados que el rector de la Universidad, Carlos Peña, quería reunirse personalmente con la estudiante, este lunes 25 la misma autoridad le respondió un correo donde rechaza la solicitud de una reunión entre la estudiante y el rector Peña.

BioBioChile se contactó nuevamente con Ximena Palma, quien se limitó a decir que continúan abiertas las negociaciones y se negó a responder sobre la posibilidad de una reunión con Peña, debido a que “no tiene los antecedentes a la vista”.

Carol indicó que se encuentra gestionando una demanda, pero que de forma paralela continuará solicitando una reunión con el rector, ya que considera injusto que sea “incapaz de reunirse con alguien que tuvo un accidente que le pudo haber costado la vida” y que “ha recibido malos tratos de sus trabajadores”.

Tras las consultas de BioBioChile y la insistencia de Carol Cañas, Ximena Palma se contactó con la estudiante para citarla a una reunión este miércoles 27 a las 16:00 horas.