Lissette Villa, menor que falleció al interior de un centro de Sename expuso a la luz pública una problemática que parecía olvidada, la situación que viven los niños internados en hogares de esta institución.

Cuando se cumple un año desde la muerte de la menor, su hermana de 22 años, Solange Díaz, la recuerda como una niña muy extrovertida y “bien parada en la hilacha. No trataba de imitar a nadie, no había otra igual”, explicó en entrevista con La Tercera en su edición impresa.

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A pesar de que la joven la define como agrandada y ‘choriza’, esa imagen se fue apagando tras ingresar al centro Galvarino de Estación Central, donde murió por asfixia producto de la tortura de las cuidadoras.

De primera estaba feliz. Después, al último, la veía muy mal, empezó a engordar y estar decaída”, relata su hermana quien además agrega que Lissette era como una hija para ella y que “siempre he tratado de cuidar a mis hermanos, pero a ella no pude salvarla. Creo que me faltó hacer cosas por ella“, dijo.

En las visitas que le hacían a la menor, Solange comenzó a notar los cambios que estaba sufriendo su hermana. “Me daba cuenta porque era de esas personas que cuando nos veía se ponía muy feliz y quería jugar todo el rato, y los últimos días íbamos a la visita y la Lissette lo único que quería era estar sentada comiendo lo que le llevábamos, ya no jugaba ni corría. No era la misma persona” indicó.

La hermana de Lissette reconoce que la menor “siempre nos decía que había tías que la trataban súper mal” y ante esto acudieron hasta el centro del Sename, hablaron con un asistente social, pero poco efecto tuvo la conversación.

Tras el fallecimiento de Lissette, la primera versión que se entregó es que la niña había muerto por un cuadro de angustia y la hermana de la menor señala “que nadie se muere por eso, y a la Lissette la conozco. Después, cuando supimos la verdad fue un alivio, porque todos culpaban a mi mamá”.

Actualmente la muerte de Lissette está siendo investigada por la Fiscalía, proceso que mantiene conforme a la familia, ya que reconocen “que se han sabido muchas cosas y hay formalizados. Todavía falta, pero se ha avanzado harto.”

En cuanto a qué espera de la justicia, Solange comenta que sólo busca “que paguen de alguna u otra forma por lo que hicieron. Ellas saben lo que hicieron y lo mínimo que debieran hacer es ofrecer disculpas y que paguen”.