El Directorio del Transporte Público Metropolitano (DTPM) señaló a través de un reporte que solamente una de las siete empresas operadoras del Transantiago cumple con el estándar mínimo de calidad de buses.

Según consignó La Tercera, el balance indica que seis compañías no llegan a la meta impuesta por la autoridad, pues obtuvieron un 71% como promedio de cumplimiento de las condiciones solicitadas.

De esta forma, solamente una empresa, de un total de siete -que movilizan diariamente a tres millones de personas-, alcanza el indicador exigido de un 85%.

El estudio toma aleatoriamente una muestra de buses, a los que se les miden 21 áreas, al igual que piezas como ventanales y puertas, que dan seguridad y comodidad a las personas, sumado a los neumáticos y la carrocería interna y externa

El informe precisó que la peor falla de las máquinas radica en el mal estado de los focos para la iluminación, obteniendo un 32% de cumplimiento.

Además, en los buses inspeccionados también se hallaron puertas sin bloqueo, arrojando un 49%. En este sentido, una calificación similar registró las ventanas de las máquinas al estar mal puestas o quebradas, provocando caídas de pasajeros que resultaron con lesiones graves, así como también los asientos en mal estado o los timbres que no tienen un correcto funcionamiento.

Guillermo Muñoz, director del DTPM, detalló al matutino que no sólo se mide la calidad de los vehículos a través de 21 parámetros específicos, sino que también se revisa el plan de mantención de cada una de las máquinas. “Estamos apretando a las empresas con descuentos y multas cuando no cumplen”, recalcó.

Asimismo, aseguró que las multas pueden llegar a $57 millones en caso de faltas graves y reiteró que el deber de las firmas es que mantengan los vehículos en un estado adecuado.

Boris Guerrero, presidente del principal sindicato de Subus, operadora del transporte capitalino que aparece con bajos índices de cumplimiento, indicó al periódico que los resultados del informe se deben a que las empresas sacan a la calle vehículos en pésimo estado.

En esta línea, arguyó que los mayores daños a las máquinas y a los conductores se presentan en las protestas masivas o en clásicos de fútbol, puesto que los participantes destruyen los buses.