Desde el penal Santiago 1, Cristián Maldonado, ingeniero civil de la Universidad de Chile, explicó las circunstancias que lo llevaron a que un 13 de febrero, en pijama y provisto del cuchillo con el que habitualmente cocinaba en su hogar, asaltara una sucursal de ServiEstado.

Si yo veo ese asalto ahora, desde afuera, no soy yo… obviamente fui yo. Fui yo. Pero en sentido figurado, el que hizo ese asalto no fui yo. No es Cristian Maldonado. No“, enfatizó en entrevista con Qué Pasa.

Días antes de cometer el asalto había acordado con su suegro ir juntos a pedir un crédito. Llevaba semanas sin dormir bien, la angustia por las deudas habían ocasionado que debido al actuar errático en su trabajo, su empleador haya decidido darle unos días libres para despejarse, pero no logró el objetivo.

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Debía 25 millones. La cifra era la suma entre un préstamo para pagar el pie del departamento que había comprado junto a su esposa, con quien se había casado dos meses antes del atraco, y otros que había solicitado para amigos que finalmente no respondieron como él hubiera esperado.

“En los bancos me decían: usted debe más de veinte millones. Y yo les explicaba que eran del pie del departamento, del crédito, de mis estudios. No sabía qué hacer, estaba desesperado. Me llamaban de las empresas a las que les debía, de Falabella, de Scotiabank. Sentí que tenía que parar con todo, que no quería más eso en mi vida. Y me acordé de esa sucursal que abría más temprano, que había ocupado alguna vez para hacer un trámite…”, comentó.

Consultado sobre cuándo decidió asaltar la sucursal, Maldonado sostuvo que fue “esa mañana. Estaba en el living, y mi cabeza tuvo un cortocircuito. Tomé mi bolso deportivo, las bandanas y el cuchillo que siempre usaba para cocinar“.

Pese a que fue un impulso, reconoce que llevaba años de angustia. “No te sabría decir cuándo me quebré, quizás en mi último año de universidad. Pero en los últimos seis meses yo venía con problemas económicos, con imprevistos médicos, y cuando me rompieron el vidrio del auto me derrumbé. Empecé a pensar que tenía una nube negra, a preguntarme por qué tanto a mí. A sentir que la vida se había ensañado conmigo. Estaba muy inestable, lloraba por todo”.

Maldonado se crió en la comuna de Pudahuel y estudió su enseñanza media en el Instituto Nacional donde ya comenzaba a resaltar por sobre los demás. Una vez en la universidad, egresó con distinción máxima y bien valorado por sus profesores.