Evitar el sobreendeudamiento de las empresas y que los nuevos contratos sean más pequeños, son parte de los lineamientos que evalúa el Ministerio de Transportes para las bases de la licitación del llamado nuevo Transantiago, que comenzaría a operar en 2018.

Propuestas que surgen a casi dos semanas de que se conozcan las bases de licitación para la renovación del sistema, que -entre otras cosas- busca introducir más exigencias para mejorar frecuencia y regularidad de buses.

A fines de este mes, el Ministerio de Transportes enviará dichas bases a Contraloría, para iniciar una licitación que desde 2017 buscará ofertas para cambiar, por ejemplo, las formas de pago a los operadores y el aumento en la calidad de los buses, entre otros puntos.

La discusión que se da justo en medio de la expectativa por la respuesta de la junta de acreedores de Subus, sobre la propuesta del ministerio a la revisión extraordinaria del contrato, para saldar su severa crisis económica.

Por lo mismo, el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, aseguró que buscarán dar lineamientos a las compañías para evitar a futuro situaciones financieras complejas, como por la que pasa Subus.

Genaro Cuadros, vocero de la mesa social para un nuevo Transantiago y académico de la Universidad Diego Portales, aseguró que uno de los desafíos para los operadores es cambiar la percepción que tienen los usuarios del sistema.

Raimundo Cruzat, director del Transantiago durante el gobierno de Sebastián Piñera, señaló que pese a que habrá modificaciones, lo más probable es que el sistema se mantenga bastante parecido al actual.

Se espera que se introduzca el aumento de las empresas que estén dentro del sistema, además de mayores exigencias a las operadoras, para que cumplan con parámetros de regularidad y frecuencia.