Un estudio reveló que durante el 2016 la cantidad de multas que reciben quienes no pagan el pasaje en el Transantiago ha bajado más del 30% comparado con el año 2015. Las empresas alegan que es necesario aumentar esta cifra, pues es proporcional al incremento de la evasión que también se fija en 30%.

Sin embargo, los aproximadamente 250 fiscalizadores que dependen del Ministerio de Transporte, tienen serios problemas con el sistema de trabajo que poseen, sobre todo al momento de sacar una multa.

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El presidente del sindicato de fiscalizadores, José Alegría narró a BioBioChile que el trato que reciben es preocupante.

“Estamos para fiscalizar evasivas, para pedir cédula de identidad y nos han estado pidiendo que lo hagamos solos, sin carabineros.” Para Alegría, la falta de efectivos ha generado inseguridad, violencia y faltas de respeto hacia los trabajadores que fiscalizan.

“Nos mandan a sectores bastante complejos, por ejemplo a Santa rosa con Lo Martínez, y ahí existen dos inspectores, más los inspectores de la empresa de los buses”, agregando que esto los pone en riesgo, puesto que las agresiones físicas son constantes, incluso algunos trabajadores “van a parar a la mutual producto de la violencia con que se les ha tratado”.

Según el dirigente, se han tratado de entablar mesas de diálogo con el Gobierno, sin embargo señalan que entregan puras evasivas o aún peor: no tienen respuestas ni soluciones.

Para poder ser fiscalizador, es bastante fácil. Sólo es necesario buscar en Internet y las opciones abundan, además el dirigente alega que no existen criterios de selección. “No existe ninguna preparación, ni mucho menos capacitación, por ejemplo para manejar conflictos, acá en terreno aprendemos todo”, señala.

La falta de policías es un punto que para los fiscalizadores es vital, pues se movilizan “con equipos caros, autos fiscales, radios. Los que en más de alguna ocasión han robado o rayado”.

A la inseguridad que alega José Alegría se le suma la hostilidad que han recibido por parte de las redes sociales, pues se han creado grupos de burla y filtración de datos de estos trabajadores. De hecho, es posible encontrar un grupo en Facebook que tiene más de 35 mil usuarios.

“En redes sociales se han viralizado funas contra nosotros, suben nuestras fotos, nuestros datos, ha sido terrible” explica José, quien también ha recurrido al Gobierno para que hagan algo al respecto, sin embargo afirma que en este caso, tampoco han tenido respuestas.

Para el presidente del sindicato la agresividad con la que conviven es clara: son la cara visible del ministerio, por lo que la gente se desquita contra ellos. “Creen que es nuestra culpa, nos ven como entes represivos, nos hemos ganado una impopularidad terrible, nosotros entendemos que quizás el servicio del Transantiago no es el mejor, pero no tenemos la culpa”.

La mayoría de las licencias por parte de los fiscalizadores estatales, son justamente por estrés laboral, y según sus propios trabajadores, no existe ningún tipo de ayuda psicológica.

Honorarios y malas condiciones

“Somos empleados públicos, pero no en derechos”, afirma José Alegría, puesto que no tienen imposiciones, ya que trabajan a honorarios. De hecho, entre risa y rabia señala que “hasta las fiestas de navidades las organizamos nosotros, el Estado no nos proporciona nada”.

Además de esto, por trabajar en terreno los fiscalizadores no tienen lugares destinados para comer ni para ir al baño.

“Tenemos que comer arriba de los buses, hay que conseguirse el baño por ahí con alguien de buena voluntad porque no hay un lugar fijo. se entiende que es trabajo de terreno, pero las condiciones son muy malas, y nadie lo ve”, aseguró.