Marta Hernández Ancapán de 61 años sufrió la amputación traumática de uno de sus dedos de la mano derecha junto a una contusión en su cadera tras el atentado ocurrido hace casi dos años en el subcentro de Escuela Militar.

En entrevista con el diario La Cuarta, Hernández relató lo difícil que ha sido seguir viviendo tras el bombazo. Sobretodo porque no le seguirán pagando su licencia médica sumado a que, producto de las lesiones no puede trabajar como antes.

“No puedo subir escaleras ni bajarlas. Ni siquiera puedo trabajar porque sería un estorbo, necesito una pensión de invalidez pero me dicen que es una mugre. La mano tampoco la puedo usar mucho, no tengo fuerza”, explica.

Además cuenta que le “gusta lavar la ropa en la tina y me cuesta, porque después no me puedo levantar; tenía los huesitos gastados y con el golpe se dañaron“.

Junto con eso cuenta que exige una indemnización, tanto por los daños físicos como morales que ha sufrido desde el bombazo. “No sé si debe ser el Estado, el Metro, el empresario que me tenía ahí o los anarquistas” los que deben pagar, indicó.