El Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, condenó el nuevo ataque incendiario contra la Iglesia de la Gratitud Nacional que se registró la mañana de este jueves en el centro de Santiago junto con los incidentes tras la marcha de la Confech.

“Merece la condena absoluta de todas y todos los santiaguinos, acá hay gente que no solamente está destruyendo un signo religioso importante para un sector del país, sino que también es patrimonio histórico”.

Orrego señaló que este viernes presentaron querellas contra las personas que resulten responsables del ataque.

No nos va a temblar la mano para perseguir a estos delincuentes disfrazados de estudiantes que cobardemente se ponen capucha para destruir lo que nos pertenece a todos”, sentenció.

Junto con eso fue enfático en señalar que la Confech “se comprometió a un conjunto de cosas que no cumplió, a tener cordones de estudiantes en las dos iglesias que no cumplió, a tener un cordón de personas que cerrara la marcha que no cumplió”.

“Hubo disturbios serios en el marco de la marcha, en consecuencia, aquí se había planteado una marcha de naturaleza muy distinta”, indicó.

Sobre los disturbios explicó que lo que ocurrió “en la Gratitud Nacional ocurrió dos horas de la marcha, no tiene que ver con la marcha misma, sí lo que ocurrió en la Iglesia San Francisco, pero los disturbios y los compromisos de los estudiantes eran en el marco de la marcha y esos no se cumplieron”.

El vocero de la Confech, Gabriel Iturra, llamó a Orrego a parar con el teatro y tildó sus palabras de injustificadas.

A esto, su par de la Feusach y también vocero Confech, Patricio Medina, replicó que la Intendencia se había comprometido a colocar vallas papales en diversos sectores de la Alameda, cosa que no cumplió.