El ministro en visita Mario Carroza, en conversación con Radio Bío Bío, entregó detalles de la diligencia para determinar si el líder del MIR, Miguel Enríquez, murió en un enfrentamiento con agentes de la DINA o si fue asesinado tras ser capturado.

En abril del año pasado el juez decidió ordenar una reconstitución de escena del operativo de agentes de la DINA para atrapar a Miguel Enríquez, en el que cayó abatido el 5 de octubre de 1974 en la calle Santa Fe 725, en la comuna de San Miguel.

El padre de Marco Enríquez-Ominami, según la versión hasta ahora acreditada, recibió 10 impactos de bala al enfrentarse con un nutrido contingente de agentes de seguridad, el que incluía una tanqueta y un helicóptero.

Sin embargo, el ministro que reabrió la investigación, Mario Carroza, reconoció que hay antecedentes respecto a que pudo ser detenido y luego ejecutado en el lugar.

El juez ordenó una reconstitución de escena que se realizará este martes junto a seis personas que estuvieron presentes en el lugar, entre ellas Carmen Castillo, pareja del líder del MIR, que sobrevivió a la balacera.

Carroza reveló que se utilizarán efectivos de la PDI para reconstruir los hechos, que personificarán a cada uno de los involucrados. Los citados a la diligencia sólo tendrán que relatar su experiencia.

El jefe de la patrulla de la DINA que abatió a Enríquez fue Miguel Krassnoff Martchenko, según propia confesión de este ex uniformado que cumple cerca de 386 años en penas por delitos de lesa humanidad.

Su abogado, Raúl Meza, se manifestó confiado en que se acredite que Miguel Enríquez murió en un enfrentamiento.

Los querellantes en esta causa son la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Marco Enríquez-Ominami y Carmen Castillo Echeverría.

Esta última viajará desde Londres para participar en la reconstitución de escena. Krassnsoff será trasladado a San Miguel desde Punta Peuco.

Están citados también Teresa Osorio, una ex agente de la DINA; otro ex agente que se desconoce su identidad; Humberto Sotomayor, uno de los jefes del MIR en la época; y Cecilia Jarpa, mirista que esperaba ese día a Enríquez en un automóvil.