Un estudio realizado por el Centro Mario Molina asegura que entre los años 2000 y 2013 no se decretaron más de 320 emergencias ambientales en la Región Metropolitana.

Según el estudio publicado por El Mercurio, en esos 13 años se debieron decretar mil 524 episodios críticos en lugar de los 553 anunciados. Entre esos números hubo 327 emergencias ambientales en vez de las cinco que se constataron. Dos en 2001, dos en 2002 y una en 2008.

Sin embargo, en ese tiempo no se tomaron medidas porque en aquella época el material particulado fino (MP 2.5) solo se medía sin decretar opciones para proteger a la ciudadanía.

En 2015 se lanzó un plan de alertas sanitarias en distintas partes del país, lo que permitió que en Santiago se pudieran adoptar las restricciones vehiculares junto con la prohibición del uso de leña según las mediciones de la calidad del aire.