El pasado 1 de abril se dio inicio a la temporada de caza y, con ello, se intensificó el trabajo fiscalizador de los organismos responsables en la región del Maule.

Fue así como funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de la oficina de Linares, en conjunto con Carabineros del retén El Melado y personal de la Sección de Investigación Policial, efectuaron un operativo de fiscalización de la Ley de Caza, debido al aumento de denuncias en la provincia.

Por lo anterior, se fiscalizó en el sector de El Melado, localidad de Rincón de Quillay, en la comuna de Colbún, donde el SAG cuenta con una barrera sanitaria, según publica diario El Centro.

La acción, que se llevó a cabo el pasado domingo, arrojó cuantiosos resultados luego que se detectara la presencia de cazadores sin los permisos respectivos.

De los 26 cazadores fiscalizados, apenas 2 cumplían con la normativa, mientras que el resto quedaron citados por eventuales infracciones a la ley, y donde se analizarán las eventuales multas que van desde 1 a 25 UTM, es decir, de $46 mil a $1 millón 161 mil, aproximadamente.

En el operativo se logró la incautación de 409 conejos, los que habían sido cazados sin el debido carnet de caza y en algunos casos sin los permisos para portar armas. Además, fueron requisadas 300 trampas (llamadas coloquialmente “guachis” o “huaches”) que eran trasladadas por las personas sorprendidas con las especies de fauna silvestre.

El director regional del SAG, Cristian Lara, valoró la acción e indicó que como Servicio están abocados al control de la actividad de caza en toda la región, para motivar a los cazadores a cumplir con la normativa y a crear conciencia.

En ese sentido, el director Lara advirtió que estas situaciones podrían atentar contra la vida silvestre, como en el caso de la caza de aves como perdices y tórtolas. Y si bien en este caso fueron conejos, que son animales declarados dañinos, no obstante, de igual manera se debe cumplir la normativa.

Recordemos que el cazador debe contar con el permiso de caza que otorga el SAG, el permiso expreso del dueño del predio y los permisos para el uso de armas si así lo requiere. Esto significa que cada cazador tiene la responsabilidad de cazar el número de piezas y de las especies, de acuerdo al reglamento vigente.