Entre los debates desarrollados en torno a la lista de espera por trasplantes de órganos, el doctor de la Universidad de Talca, Agustín Fuentes, entregó seis claves para aumentar el índice de donaciones.

El nefrólogo y experto en trasplante y procuramiento detalló que durante 2014 se registraron 86 donantes y que en 2015 fueron 120. Esto, en contraste con las más de 1.800 personas en lista de espera para ser trasplantados.

“La Insuficiencia Renal Crónica fue la primera enfermedad con garantía Auge incorporada hace más de diez años. Es un problema de salud pública en ascenso que tiene un impacto significativo en las personas de nuestro país, esto se entiende fácilmente en función del aumento de las expectativas de vida de la población, con mayor edad y patología relevante asociada como la Diabetes Mellitus, que con los años daña el riñón al igual que la Hipertensión Arterial. La alta prevalencia de ambas patologías en nuestra población reconocidas como aceleradoras de daño renal explican porque existe en Chile tantas personas con este flagelo”, explicó Fuentes.

El experto en trasplantes entregó seis consejos a nivel educacional, gubernamental y familiar, para lograr que Chile sea un país solidario en materia de donación:

Educación temprana: “Mejorar de manera eficaz la información a la población a través de la educación y no en campañas puntuales que se pierden en el tiempo. Se debe crear ser un plan que se diseñe de manera indefinida hasta lograr cambiar del punto de vista cultural y nuestra concepción sobre la temática, avalado con programas en las escuelas a muy temprana edad, destacando que el acto de la donación es un acto altruista, voluntario y vital para el país. Este es el pilar esencial. Esto nos involucra a todos ya que cualquiera puede estar supeditado a la necesidad de requerir órganos”.

Terminar con los mitos: “Estos han contribuido a entorpecer la donación. Debe quedar muy claro que cuando se produce el fallecimiento de una persona, no ha habido ninguna acción que se dejó de hacer para lograr rescatar y salvar esa vida. En esa instancia y ante la posibilidad de haberlo hecho viene recién la opción de la donación, plantear la donación no supone dejar de hacer cosas para salvar irrestrictamente la vida de un paciente”.

Conversar con la familia: “La ley chilena establece que todos son donantes, pero queda el ápice que en momento de fallecer si no se ha estipulado lo contrario tu familia decide por ti, tu esposo o tus padres. Por lo tanto se debe dejar explícitamente claro en el círculo familiar que cuando se fallezca se manifiesta la intención total de ser donante. A pesar de las intenciones de la persona, hay muchos casos en que la familia no siempre respeta la decisión de la persona fallecida”.

Una nueva forma de decir sí: “Cualquier ciudadano puede ir al Registro Civil para dejar la constancia ante notario para no ser donante, sin embargo no existe la posibilidad de dejar expresamente la decisión contraria. Se debe dar la posibilidad legal y respetada de que un ciudadano en su derecho cívico pueda tomar la decisión por sí mismo sin depender de su familia. Se deben crear nuevos protocolos de acción en estas instancias para dejar de lado cualquier tergiversación ya que actualmente no hay un respeto a la decisión de la persona”.

Aumentar en capacitaciones a funcionarios del Registro Civil: “Los funcionarios deben hacer énfasis en consultar la opción de ser donante, ya que en muchas ocasiones la persona no manifiesta su intención simplemente porque nadie le ha preguntado, perdiéndose la oportunidad de lograr futuros procuramientos”.

Aumentar los recursos y la planificación del programa de trasplante: “Mejorar las capacidades de los profesionales y los equipos de procuramiento y trasplante, fomentando la capacitación de equipos técnicos involucrados en el proceso, ya que actualmente existe un punto crítico en el recurso a nivel de hospitales públicos. Idealmente que cada hospital regional o de alta complejidad mantenga un equipo estructurado, contando con un trasplantólogo o primer cirujano, un segundo cirujano, enfermera de procuramiento, y un nefrólogo para captar los eventuales donantes. No en todos los hospitales tienen estructurados estos equipos”.